Crónicas sueltas

Selección de lecturas publicadas por periodistas de Adelante.


Pasar el verano en Madrid es casi un acto de resistencia. Mientras muchos madrileños huyen en busca de playas o montañas, otros encuentran un peculiar encanto en quedarse. Con las calles desiertas, es fácil aparcar, no hay colas y la ciudad parece entrar en una calma inusual. Pero, a pesar del sofocante calor, Madrid no se detiene: las fiestas populares se convierten en el corazón palpitante de la ciudad.

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El sabor cubano de la Torre Eiffel

La Torre Eiffel, o La Dame de Fer (La Dama de Hierro) como se le llama en Francia, es sin duda alguna el mayor ícono francés y quienes viajan a París por diversos motivos, entre estos los XXXIII Juegos Olímpicos, no pierden la oportunidad de visitarla.

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Desde que mi papá me envió la foto a un saco lleno de mazorcas, el deseo de revivir los sabores y recuerdos de mi infancia se despertó con fuerza. En la casita de campo de mis abuelos maternos, el maíz protagonizaba una tradición sagrada, una ceremonia culinaria.

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(A la memoria de mi abuela Mima)

En Madrid, una ciudad bulliciosa y lejana de las brisas caribeñas que acunaron mi infancia, descubrí una pequeña frutería con un nombre que resonó profundamente en mi corazón: “El anón

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El hombre que volvió a soñar

CAMAGÜEY.- En la fría madrugada de un día de Navidad, Juan de Dios Herrán soñó que se le acababan los sueños, pero atribuyó la pesadilla al atiborramiento del vino de la víspera.


La noche de la tormenta

A las ocho de la noche el viento del norte y la lluvia comenzaron a azotar a la embarcación Cristo Redentor.


Justo hace hoy un mes que despedimos físicamente a quien marcó, en lo profesional y personal, la vida de Adelante. En los afectos más cercanos queremos a Yurislenia Pardo Ortega, nuestra Yury.


Che Guevara, solo como nosotros

A cada rato sentí que a mí, como a cada uno de sus incontables hijos por parte de Patria, el guerrillero caído aquel 9 de octubre me había dejado en la tierra con solo 24 días de nacido y a la postre encargado en la multitud de mi generación, por su hermano Fidel, de enrolarme en una misión imposible: ser como el Che.


Un recuerdo y un amor

El regreso a casa después de un largo viaje se resume al abrazo de mi hija, temblorosa y risueña, con los ojos a punto de una lágrima y la vocecita mimosa con las frases de amor que sólo reserva para mí.