CAMAGÜEY.- Compartí con su papá faenas cañeras en movilizaciones permanentes donde él, Luis Sicardó, locutor de la emisora Radio Cadena Agramonte se ocupaba en los pocos ratos libres de comunicar cuanto acontecimiento relacionado o no con la zafra debían conocer los habitantes del campamento cañero.

Hace algún tiempo, me llamó la atención aquella joven que en la Unión de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (Unaicc) en Camagüey, presentaba con cierta “herencia” verbal  actos y ceremonias de  esa organización profesional.

La ingeniera hidráulica María de los Ángeles Sicardó Pérez es la hija del ya fallecido radialista camagüeyano, y este año recibió el Premio por la Vida y Obra laboral.

El día de la premiación en el salón Nicolás Guillén de la Plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz, otras dos valiosas ingenieras: Ileana del Carmen Cadena Freixas y  Raquel María García López, también merecieron ese alto reconocimiento profesional.

Una al lado de la otra, María de los Ángeles e Ileana del Carmen (se conocen desde la adolescencia), cuando compartían la emoción de aquel momento; sin embargo, no se dieron cuenta de la coincidencia histórica de la cual formaban parte: Ileana es hija de José Luis Cadena, quien fuera destacado locutor de  Radio Cadena  Agramonte. Ambos, Cadena y Sicardó, estarían orgullosos de ver a sus descendientes estimuladas por la excelente trayectoria profesional de Ingeniería.

La ingeniera  máster, María, aunque estudió la carrera en La Habana, realizó las prácticas porfesionales en la Empresa de Proyectos Hidráulicos, y su vida laboral en esa entidad le ha permitido ver la ejecución de su trabajo en obras sociales y  turísticas de Cayo Coco, Cayo Cruz y el litoral norte de Camagüey. Hoy dirige la Empresa de Servicios Hidráulicos y transmite a los jóvenes bajo su mando toda su experiencia “acumulada”.

La ingeniera doctora, Ileana, comparte sus vastos resultados de sus proyectos dentro y fuera de Cuba, con los nuevos profesionales de la ingeniería civil y desde la Facultad de Construcción  de la Universidad Ignacio Agramonte Loynaz, de Camagüey, insufla a sus discípulos y colegas los valiosos conocimientos que avalan su sustanciosa vida y obra práctica y pedagógica.

DOS DE CAL, UNA DE AZÚCAR

Foto: Orlando Durán Hernández /AdelanteFoto: Orlando Durán Hernández /AdelanteMuy joven, Celia Martínez Hernández se metió en los surcos de la  entonces granja Fructuoso Rodríguez, en el municipio de Carlos Manuel de Céspedes, y entre cosechas de maíz, frijoles y caña sacó el extra para obtener el sexto grado, continuar los estudios en escuelas de superación nocturnas como la “Mártires del Moncada”, en el consejo popular República Dominicana y con práctica en las oficinas logró tres técnicos de nivel medio.

Esta abnegada mujer del sector agroazucarero se convirtió en la segunda en la historia del gremio en Camagüey en convertirse en cincuentenaria de la Industria Azucarera en activo. La primera fue Luisa Pérez Arancibia, “es mi ejemplo, dice Celia, y las unen las excelentes condiciones de trabajadoras. La dos, según sus compañeros de faenas, son las primeras en llegar y las últimas en abandonar sus puestos de labor cada jornada.