Personalidades



Martí en la hora de Montecristi

Martí el 25 de marzo de 1895 redactó el llamado Manifiesto de Montecristi, suscrito conjuntamente con el Generalísimo Máximo Gómez, quien en plena coincidencia con el documento, no objetó «un solo pensamiento suyo», al decir del Apóstol, ni propuso cambio alguno.

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Eduardo Agramonte , a 145 años de su caída por la independencia de Cuba

(...) El movimiento de Bayamo y Manzanillo no podía dejar de tener eco en Puerto Príncipe, y el 4 del corriente, llegados los ánimos al colmo de la exaltación, más de cien hombres, casi todos de los más ricos y principal de Puerto Príncipe, dieron el grito de libertad (...)

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La América que vivió José Martí

Si José Martí hubiera sido un hombre de luz corta seguramente habría creído, como muchos, que Estados Unidos era el modelo a imitar. Pero él pensaba todo lo contrario.

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El Martí que vivió en esta Isla

En febrero 24 los cubanos celebran el aniversario del reinicio de las guerras por la independencia cuya organización se atribuye a José Martí.

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Un camagüeyano digo: El Marqués de Santa Lucía

En el calendario de los camagüeyanos, el mes de febrero, entre otros importantes acontecimientos, está marcado por las fechas de nacimiento ( el día 10 de 1828) y el fallecimiento (28 de 1914), de quien fuera por dos ocasiones Presidente de la República de Cuba en Armas


La lucha contra la violencia hacia la mujer y sus deseos de continuar alcanzando los mismos derechos que los hombres, constituyen temas del momento en los medios de comunicación de la sociedad cubana actual.


Sierra de Cubita en los papeles martianos

En una de las Memorias de la Guerra de 1895, Enrique Loynaz del Castillo, sin dudas una de las figuras mas gallardas de la gesta de la independencia cubana, narra una interesante anécdota en la que participó José Francisco Martí Zayas Bazán.


Martí en la Celac

Uno de los principales deseos de nuestro Héroe Nacional, José Martí, era despertar algún día en una Latinoamérica unida. Sus escritos son el ejemplo latiente de ese sueño que sus discípulos, de antaño y del presente, han compartido. Las cumbres de la Celac plantean metas esperanzadoras para alcanzar esa vieja añoranza.


Una luz para todos

Justo a las ocho de la noche, una sola antorcha encendida bastó, y como algo divino, en pocos segundos la luz llegó a todos.