CAMAGÜEY.- Sus jornadas siguen siendo igual de largas y sacrificadas. Tal vez ahora más que antes, porque la responsabilidad pesa, agota, presiona. Saben que sobre sus hombros está el compromiso de que no falte la comida para su familia pequeña y para la grande, donde estamos todos: ustedes, aquellos, nosotros (instituciones hospitalarias, hogares de ancianos, centros laborales imprescindibles en la economía, casas de niños sin amparo familiar, en fin… el pueblo). Los campesinos son parte de los valientes, que en esta crisis, no pueden quedarse en casa.

Uno de esos audaces es José Barata Cardoso, asociado a la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Cándido González Morales, del municipio de Camagüey. “Nosotros no podemos pararnos con esta situación del coronavirus. Hay que producir ahora más que nunca, ese es el llamado que nos está haciendo la dirección del país y es lo que estamos haciendo. En la finca somos pocos, por lo que mantener las distancias no es un problema y aquí no viene nadie. Además cuidamos de lavarnos las manos constantemente y usamos el nasobuco”.

En su finca La Marlene, con extensión de una caballería y ubicada en el camino viejo a Nuevitas, logra excelentes rendimientos en suelos de mala calidad. José ya está listo para cuando llegue la bendición de las precipitaciones y poder hundir sobre los surcos las semillas de maíz, yuca, calabaza y caña. “Tengo un buen pozo, pero el sistema de riego solo abarca una hectárea, y lo estoy utilizando en cuatro, por eso tengo que esperar, si no ya estuviera todo plantado. Es una garantía el tractor y la cooperativa me ayuda con el combustible, por eso voy cosechando y preparando las tierras para volver a sembrar y mantener la producción. La yunta de bueyes la empleo para realizar los cultivos”.

Cinco cordeles más de caña se plantarán en la Marlene, para asegurar la alimentación de la yunta de bueyes y la cría de cerdos del autoconsumo familiar.Cinco cordeles más de caña se plantarán en la Marlene, para asegurar la alimentación de la yunta de bueyes y la cría de cerdos del autoconsumo familiar.

En la estancia no hay áreas ociosas. Está en cosecha un campo de pepinos y en terminación uno de tomates. Muestra además muy buena salud la siembra de yuca y un policultivo de maíz y boniato. “Quiero sembrar un intercalado de guayaba con verduras. Es una práctica muy buena pues en menos áreas se obtiene mejor rendimiento, se aprovecha la tierra y el agua. Trato siempre de priorizar los cultivos de ciclo corto y ahora más que hay que acelerar los resultados”.

“La mayoría de las semillas que utilizo las obtengo aquí en la finca. En muchas ocasiones se dificultan, por lo que esa es una de mis prioridades. La de boniato, por ejemplo, es del clon del INIVIT “naranja camagüeyano” y lo tengo hace casi 10 años. Después de la recogida de los tubérculos siembro los pequeños en par de surcos y obtengo buenos esquejes. Esa variedad tiene muy buenos rendimientos, hasta 16 toneladas por Ha. También aseguro las de pepino, frijol, calabaza y maíz”.

Como alternativa para enfrentar al cambio climático y la escasez de productos, desde hace un año y medio aproximadamente, Barata (como lo conocen todos) ha incorporado prácticas agroecológicas. “Mejoramos los suelos con abono orgánico que traemos de una vaquería cercana. No botamos los desechos de los cultivos sino que se lo incorporamos a la tierra con la picadora. En los análisis del suelo que realizamos dio que son de cuarta y quinta calidad; lo que quiere decir que son pésimos para la los cultivos varios pero eso lo hemos ido cambiando poco a poco. Estamos involucrados además en un proyecto con el Instituto de Suelo para realizar una lombricultura”.

 La efectividad de las prácticas agroecológicas se observan en la vitalidad del campo de pepino que ya está en cosecha. La efectividad de las prácticas agroecológicas se observan en la vitalidad del campo de pepino que ya está en cosecha.

Otro de los manejos ecológicos que ha sumado es la plantación de árboles del Neem y la cardona o matacallos, las cuales se emplean como repelente e insecticida respectivamente. Suman a la vez el uso de la tabaquina y de la cal.

“Quien se dedica a la agricultura no tiene descanso - insiste- pero se ven los resultados. Estas tierras eran de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) 1ro de Enero y cuando me las entregaron en usufructo, por el Decreto-Ley No. 259, todo estaba lleno de marabú y ahora ya ve. Con lo que se produce aquí garantizo la comida de mi familia y además aporto a la comida del pueblo. Quiero empezar con la cría de carnero, porque hace falta también producir carne”.

José se cuida y cuida a los suyos, mas por la cabeza no le pasa la posibilidad de quedarse en el hogar. Él tiene el compromiso de multiplicar los alimentos, sabe que su aporte es decisivo en esta hora que vive Cuba.