CAMAGÜEY.- El cubano aprovecha el 25 de julio en la casa, pero deja la puerta abierta para salir por una costumbre que pondera el ideal patriótico, porque es la víspera del Día de la Rebeldía Nacional.

Se dice que por tradición los camagüeyanos han sido de puertas adentro, de consumación en el hogar, y este jueves fue un ejemplo evidente por la tranquilidad de las calles y el tránsito discreto.

Pero esa señal de cultura de un pueblo, también con marcas de hidalguías, tuvo su paralelo en modestos encuentros de la comunidad, pues aquí el vecino se da a la acera solo cuando es preciso.

Si es 25 de julio, trata de llegar a la pizzería Los Venaditos, muy cerca del Casino Campestre, para recordar la pequeña historia de jóvenes líderes de grandes hazañas por la libertad de Cuba.

En el entonces Bar de Manolo, ese día de 1953, un jovencito paró a almorzar, para continuar su viaje a las horas inolvidables del asalto a dos cuarteles militares.

Andaban en carro Fidel Castro, de 26 años de edad, y el camagüeyano Cándido González, pero no era los únicos con el destino fijado a la antigua provincia de Oriente.

En total se movían 153, también por ómnibus y por tren, porque había que llegar para tomar las fortalezas del ejército batistiano del Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo.

Fue una tragedia que trazó el camino irreversible, según explicó el historiador Francisco Luna, entre combatientes revolucionarios y vecinos de ese reparto Garrido, en una avenida amplia y tranquila.

El nombre de Fidel Castro y su legado motivaron el homenaje, acentuado con las voces de pioneras de la escuela Pepito Mendoza, a través de versos y canciones con esencias de orgullo y soberanía.

A unas cuadras de allí, en la plaza de la Libertad, estaba el escenario montado para el concierto con la orquesta Maravilla de Florida, encargada de recibir el día 26, con la realidad cubana en la alegría de sus letras.

Y así fue, sobrepasó la medianoche con las notas de la identidad nacional, como tocando para el cielo luminoso de los líderes que desde la víspera levantaron a la Cuba de estar en casa o salir a la calle con el sabor de los días de la paz.