CAMAGÜEY.-Las niñas y los niños saben querer de verdad, no como los adultos, que todavía vemos sombreros donde es obvio que una cobra se traga a un elefante. Por eso la causa de la protección a la infancia es tan noble y justa y de ella depende el futuro de cualquier nación, desde cualquier punto de mira.
En nuestro país existe una voluntad política por el desarrollo pleno de la infancia. LaConvención sobre los Derechos del Niño (CDN) entró en vigor en Cuba el 20 de septiembre de 1991, la cual refrendaba importantes derechos de la niñez y la adolescencia como los derechos a la vida, la educación, el deporte, la salud, la vivienda y la alimentación saludable.
La Constitución de la República refrenda que la sociedad y las familias deben brindar especial protección a los niños y adolescentes y garantizar su desarrollo armónico e integral, por lo que su protección es una política priorizada y contemplada en la Carta Magna. Lo demuestran diversas instituciones como los Centros de Protección a Niños, Niñas y Adolescentes y las Casas de niños sin amparo familiar, así como las campañas de vacunación masivas contra 13 enfermedades.
El Día Internacional del Niño y la Niña se celebra cada año el 1 de junio en más de 145 países. En este día, y en todos por venir, #ParaCadaInfancia, derechos#Cuba #UNICEF pic.twitter.com/aIUJCSZjpy
— UNICEF Cuba (@UNICEFCuba) June 1, 2022
Las personas en edad infantil recibieron atención priorizada durante el enfrentamiento al coronavirus por su vulnerabilidad ante la enfermedad. A principios de mayo, autoridades del Ministerio de Salud Pública informaron en Mesa Redonda que ya el 97,7 % de la población pediátrica estaba inmunizada contra la COVID 19, proceso que continúa en los diferentes grupos etarios.
Con el proyecto del nuevo Código de las Familias, se pretende profundizar en los derechos y oportunidades de ese sector poblacional. El primer cambio es en cuanto al término que se utiliza: personas menores de edad o niños, niñas y adolescentes. También se modifica el concepto de “patria potestad” por “responsabilidad parental”, para eliminar rezagos de antiguas sociedades patriarcales.
La puesta en valor del interés de los infantes en cualquier situación jurídica es una muestra de esa protección a la niñez y adolescencia, no vistos como objetos ni patrimonio de sus familias, sino como sujetos activos de nuestra sociedad, escuchados y atendidos.
No obstante, son varios los desafíos que restan para avanzar en la protección integral de la infancia. La violencia hacia niños, niñas y adolescentes sigue existiendo en las familias cubanas, en varias direcciones: violencia verbal, física, psicológica, incluso sexual con menor cantidad de casos identificados.
La comunidad, la escuela y las instituciones aún deben influir sobre las crianzas positivas, respetuosas y responsables, para prevenir la violencia y contribuir al pleno desarrollo de los infantes.
Asimismo, la equidad de género en la formación de niños y niñas desde edades tempranas, la educación familiar hacia valores cívicos sobre el cuidado del medio ambiente y la conservación del patrimonio, así como la alimentación y nutrición seguras y saludables, son aún asignaturas pendientes en todos los niveles.
Incluyamos a los niños, niñas y adolescentes en la transformación de las sociedades, hagámoslos partícipes de la construcción de un país mejor. No son nuestra propiedad, sino nuestra garantía de un futuro más sostenible. Que crezcan buenos, sinceros y elocuentes, y sigan queriendo de verdad, es responsabilidad de todas las personas.