CAMAGÜEY.- Cuando el 11 de mayo de 2023 los actos patrióticos recordaron los 150 años de la caída en combate del Mayor General Ignacio Agramonte Loynaz y cubrieron de flores estatuas y al vertientino Potrero de Jimaguayú, hubo otra modesta peregrinación al Sagrario Patrio o cenotafio que marca con aproximación la posible cremación incompleta de sus restos.

Sin embargo, a pesar de una ceremonia precedente el 23 de diciembre de 2022 y de ingentes reclamaciones, todavía indebidas acciones constructivas afectan la visualidad del lugar.

Cenotafio es una falsa tumba, un sepulcro sin restos, erigido en espera y recordación. ¿Dónde queda? Dirán muchos camagüeyanos, pues nunca lo han podido observar en sus visitas al Cementerio, otros apenas saben de él por fotos y escritos. ¿Por qué? A pesar de su proximidad con la calle central, dos edificaciones lo esconden.

Las antiguas fotos no mienten. El tradicional panteón a la izquierda fue absolutamente transformado por nuevos dueños, le suprimieron faroleras, reja y frontón cuyo arco poseía inscripciones originales. Para más calamidad, son dos y no una las construcciones por encima de 1.60 metros (aunque una data de 1942), obstaculizando totalmente la identificación y jerarquización de un monumento con grado de Protección 1 según la Dirección Provincial de Patrimonio Cultural.

HISTORIA DE FALSA TUMBA

Los Veteranos y Patriotas localizaron el sitio aproximado para levantar un monumento, que a partir del 2 de enero de 1922 contó con un comité de donaciones, en especial de mujeres camagüeyanas de la alta sociedad.

Autoridades municipales, provinciales, militares, sociedades de recreo, magisterio e industriales colocaron ese año la primera piedra. Realizaron un desfile desde el Centro de Veteranos, con la banda de música, concejales, aunque solo fue posible colocar de manera provisional hacia 1937 un busto y una lápida, so pena de reclamación de mayor presupuesto al Ayuntamiento. Luego, las reuniones no prosperaron, aunque la Escuela 1 (Aurelia Castillo) creó otra comisión de maestros y alumnos.

En 1941 otra vez el mismo plantel efectuó una lectura en el Ayuntamiento para que la Cámara Municipal adquiriera el terreno. Ante tanta desidia, solo la masonería pudo rendir homenaje al Mayor, cuando el venerable maestro Abelardo Pujol y el secretario Fernando Calixto de Quesada, en representación de la Respetable Logia Camagüey, compraron el 11 de noviembre la parcela a Juana María García Flores, heredera de Gerardo García Labrada, por la suma de 250 pesos.

El cenotafio fue inaugurado el 23 de diciembre de 1941: en apenas un mes la masonería camagüeyana logró para Cuba lo que no pudo el gobierno en casi 20 años.El cenotafio fue inaugurado el 23 de diciembre de 1941: en apenas un mes la masonería camagüeyana logró para Cuba lo que no pudo el gobierno en casi 20 años.

Es un monumento simbólico, como pocas construcciones en el camposanto, con los atributos místicos, las columnas del templo de Salomón, granito color gris oscuro, cadenas y una jardinera de mármol blanco dedicada por la Escuela 1. El altar cuenta con una urna funeraria vacía (cuyo cristal ha sido sustraído), presta a recibir las cenizas si se encontrasen, un recipiente de bronce con tierra de los cuatro puntos cardinales (también robada), escalinata y un clarín mambí conformado en el piso.

LA SAGA DEL CENOTAFIO

¿Qué dicen en Comunales? Acerca de la propiedad transformada, según Rosa Elena Aguilar Castro, subdirectora municipal, y Sergio Bonilla Pérez, subdirector provincial de necrología, fue elaborado un expediente como respuesta al Gobierno, donde explican de la documentación notariada de la propiedad contigua, la imposibilidad de la entidad de rectificar el proceder y de la negativa de los propietarios para aceptar transformaciones (pues erogaron ya cuantiosas cifras).

Sin embargo, la reclamación no se basa en lo anteriormente argumentado, sino en el cambio inconsulto de las tipologías contraviniendo normas patrimoniales: la propiedad original dice bóveda, no capilla como en los actualizados registros. Ambos entrevistados coinciden en que el análisis y solución deben ser multifactoriales.

¿Quién, cuándo y cómo autorizaron?

¿Qué decir de la violación de colores en los mosaicos, el aumento de capacidad y la tapa de mármol que corresponde a otro sitio? En el 2008 parece sucedió el cambio, pero ya los encargados fallecieron o cumplen sanciones. La culpa parece caer al piso.

Una voz autorizada, la Doctora Adela García Yero, directora del Centro de Estudios de Conservación y Desarrollo de las Construcciones de la Facultad de Construcciones de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, afirma:

“Contraviniendo lo establecido por la Dirección de Plan Maestro de la Oficina del Historiador y lo comprendido en la legislación cubana para sitios de alto valor patrimonial, se dificulta la accesibilidad y visibilidad al cenotafio como parte del paisaje urbano histórico y por consiguiente empobreciendo las vistas principales, a partir del crecimiento hacia delante del panteón aledaño, que actualmente y sin respeto a las normativas ha cambiado su espacialidad y expresión”.

La Dirección de Plan Maestro y el Centro para la Interpretación del Patrimonio Funerario, ambos de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC), coinciden en el dictamen, pues son portadores del proyecto de Regulaciones del cementerio, aun en camino de actualización e implementación total.

También apoya la Dirección Provincial de Patrimonio Cultural, con sede en San Juan de Dios. Su directora, Bélgica Perpiñán comprobó en el lugar acerca del caso, según la notificación de la Dirección Nacional de Patrimonio:

“Al no estar declarado el cementerio Patrimonio Nacional no es posible obligar jurídicamente a cumplir la legislación, aunque es nuestra misión alertar, recomendar, exigir la demolición de estructuras o todo lo que afecte a un bien de la nación”.

Foto: Leandro Pérez Pérez / AdelanteFoto: Leandro Pérez Pérez / Adelante

CLARÍN DE SILENCIO

En las actuales condiciones el cenotafio (restaurado en el 2022 por la OHCC y su propietaria, la Logia Camagüey) hace siete meses sufrió un intento de robo de su tarja de bronce (rescatada por el entonces especialista Ahmed Puig Lamela), la bandera nacional no ondea a su lado (o la roban) y si lo hiciera no sería visible y la jardinera tiene fractura. La cuestión es apenas un lunar al vandalismo, la profanación e ilegalidad que reina a diario en el camposanto camagüeyano.

¿Merece Agramonte la sombra?

Nuestra provincia dejó perder de manera inclemente los restos del fortín El Voluntario, a pesar de los reclamos periodísticos, y el parque que lleva su nombre sufre a diario por la indisciplina social. Con la vergüenza heredada, los agramontinos necesitamos una “carga” para limpiar el Sagrario, como decía Rubén Martínez Villena en su Mensaje lírico civil: “para guardar la tierra gloriosa de despojos, para salvar el templo del Amor y la Fe”.