NUEVITAS, CAMAGÜEY.- A lo lejos la chimenea, que desprende una columna de humo entre negro y gris, anuncia que está generando. Más acá, las líneas de 220 000 voltios indican que andamos cerca de la Central Termoeléctrica 10 de Octubre. Dentro resulta difícil ver a alguien ocioso, cada cual se concentra en lo suyo. El aire allí, aunque es de costa, trae un olor fuerte, incómodo. Ellos casi no lo sienten a fuerza de la costumbre, pero a la larga los gases pasan factura a sus pulmones.
#Cuba🇨🇺
— Agencia Cubana de Noticias (@ACN_Cuba) June 29, 2022
El Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, vice primer ministro cubano, chequea las labores de reparación y funcionamiento de las tres unidades de generación de la CTE 10 de Octubre, del municipio de Nuevitas
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Cuentan los que llevan años allí que eran seis unidades, la 1, la 2 y la 3, de arranque rápido y veloz sincronización, aportaban 64 MegaWatt cada una; pero el tiempo, la falta de recursos para mantenerlas y el medio, las convirtieron en chatarra. Hoy solo queda una parte de la 3, porque su demolición resulta una operación riesgosa al encontrarse muy cerca del bloque 4. En la actualidad, la Termoeléctrica solo genera electricidad en las unidades 4, 5 y 6.
Pero no imagine que los bloques que aún funcionan lo hacen con tecnología de punta. Caminarlos, subir y bajar las escaleras, ver de cerca los tubos que conducen el vapor de las calderas, los remiendos, la corrosión, muestran por qué hay tanta inestabilidad en el sistema electroenergético nacional. Y también se siente de cerca la “necedad” de quienes hacen que funcione toda esa mole de hierro, pasada en tiempos de reparación capital —a la 4 se le debe hace 5 años—, de quienes se las ingenian para generar un poco de electricidad con máquinas que ya hace rato cumplieron.
#Ahora/ Visita Miguel Díaz Canel Bermudez Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, central termoeléctrica 10 de Octubre de #Nuevitas🇨🇺 pic.twitter.com/g7SfpDm09D
— Radio Nuevitas (@emisoranuevitas) June 17, 2022
Todo bajo control
En la sala de control, casi al terminar su turno, luego de una noche entera allí, Luis Miguel Maure Mestril no se despega de la pantalla, desde donde controla los parámetros de la producción de vapor que mueven la turbina, además, lidera una brigada de operadores locales. Él tiene 33 años, lleva 15 trabajando en la Termo, empezó como operador de combustibles y se escapaba a estudiar otras posiciones. Tras transitar por todas, llegó a la actual. “La vida aquí es muy riesgosa, hay que estar muy concentrado en la cantidad de combustible y de agua porque de eso depende el vapor que mi compañero utilizará en las turbinas que mueven el generador. Debo estar claro de las operaciones a realizar, sobre todo para tratar de salvar la unidad ante cualquier situación que pueda darse.
“Hay veces que te van a buscar a la casa porque faltan operadores, hay que dejar lo que se esté haciendo y venir para acá. Me gusta mi trabajo. Aunque mi mujer dice ‘pero si acabas de llegar y estás de franco’, vengo, porque sé que de eso depende mucha gente en el país. No es fácil, esto es una tecnología súper vieja, con muchos años de explotación, y con los pocos recursos de que disponemos tratamos de seguir generando. No tengo fin de año, el Día de los Padres lo pasé aquí, hasta que acabé el turno y pude estar con mis dos hijas; varios cumpleaños míos y de la gente que quiero los he pasado trabajando; esto lleva mucho sacrificio y dedicación, pero aquí seguimos tratando de que no se pare, y que cuando inevitablemente salga, sea por el menor tiempo posible”.
Luis Miguel regresa a casa luego de ocho horas pendiente de la pantalla de una computadora, y lo deja todo en orden; pero si lo necesitan, no lo dude, regresará, lo mismo a la sala de control que con la brigada que dirige, porque sabe que de su esfuerzo depende mucha gente, un país entero.
Generando día a día
En otro puesto clave está Roleisy Reyes Montero, que en plantilla se desempeña como jefe de turno principal; sin embargo, ante la falta de personal asume la función de operador de control de unidad. Sobre sus hombros recae la responsabilidad de dirigir los tres bloques y guiar la generación de electricidad de la Central completa, a la que ha dedicado 23 de sus 43 abriles.
“Cada cinco años, las unidades llevan reparación capital, sustituir todo por piezas nuevas, eso no lo hemos podido hacer, y ha traído como consecuencia que nuestras unidades tengan un alto grado de deterioro, sobre todo la 4. A veces tenemos el bloque en línea y a la media hora hay que sacarlo porque se reventó la caldera”.
El domingo Día de los Padres, Roleisy tampoco pudo estar con los suyos, trabajó 12 horas hasta las 8:30 p.m., “prácticamente nos pasamos el día completo en la planta. Lo que más nos reconforta es que en esa jornada arrancamos la unidad 5 y entregamos al SEN 100 MegaWatts en el horario pico, y yo pensaba en que estaba lejos de los míos, pero contribuí a que fueran menos los padres de Cuba con apagón. Ya se tramita el mantenimiento capital de la unidad 4, y cuando entre nueva será mucho más confiable. De ese bloque estamos esperando a que la situación mejore para que nos autoricen la reparación parcial, hoy limitado a 86 MW y lo llevaremos como mínimo a 115, diferencia que significa unas cuantas casas a las que no hay que quitarles la electricidad”.
Esta gente de pueblo también sufre los apagones, trabajan desde las 8:30 a.m. y les ponen la electricidad a las 6:00 a.m. Después de toda una noche sin corriente van a la Termo y se baten porque sean menos los apagados.
Corazonero remendón
Raúl es ingeniero automático, natural de Holguín, de Banes. Está en Nuevitas, en la Termo, vive en una villa lejos de casa, pero él sabe la importancia de su labor en la UEB Mantenimiento. Recién graduado, en diciembre pasado, hoy pone su talento a los sistemas superiores de la “10 de Octubre”.
“Hay averías a diario. Es natural cuando se trabaja con tecnología que ya está pasada en tiempo de explotación, pero no todas sacan las unidades del Sistema gracias al talento reunido aquí, nadie se imagina cómo hay que inventar para que esto siga generando, muchas veces hasta parecen magia sin varita las soluciones que encontramos, cada remiendo, para que no se pare la Termo, porque sabemos que no puede hacerlo”, dijo Raúl Almaguel Luendo y agregó que su familia está a 200 kilómetros, orgullosa de que esté allí, dando lo mejor de sí, ayudando a Cuba, pero se extraña.
Confiemos en el talento reunido dentro de esos hierros con olor a óxido por la corrosión inevitable y por el paso del tiempo que esta tropa se empeña en burlar. Ellos chocan con problemas que los que no sabemos del tema no entendemos o pueden parecernos sencillos, pero que no lo son y llevan mucho corazón y remiendos.
Y en lo más profundo, Yuldre
De aquí, de allá, hasta de sus profundidades, sale gente valiosa y valiente en la Termo nuevitera. Cuando uno ve la fuerza que coge el agua en el canal de entrada no imagina que alguien tiene que bucear allí, pero sí. Yuldre Quesada Montejo es uno de los dos buzos que evitan el disparo de los bloques por objetos raros en el sistema de circulación de agua de mar, imprescindible para enfriar las unidades.
“Tenemos que sumergirnos en pareja, porque es muy riesgosa nuestra labor allá abajo, sobre todo cuando los tres bloques están operando; si no te pones fuerte te arrastra, pero un objeto que pase por aquí puede disparar la unidad y causar daños considerables. A veces hay que hacerlo de noche, que no se ve nada. Cuando estamos allá abajo tenemos que poner los cinco sentidos en eso”. De los temores dijo que siempre están allí, como los nervios.
Cada vez que Yuldre y su compañero se tiran al agua se exponen a unos cuantos peligros, por eso su mensaje al pueblo nos vale doble: “hay que resistir, no queda otra opción, juntos saldremos de este difícil momento. Tengan la confianza de que aquí hacemos todo para disminuir las afectaciones a la población”.
Y a manera de epílogo, Martí. Es verdad que hay hombres que llevan en sí el decoro de muchos hombres, en esos va un pueblo entero, va la dignidad humana. Termo adentro, entre hierros oxidados, calderas con salideros, tuberías que no dan más... mucha gente ingeniosa no descansa, nos pone a creer en imposibles, porque la receta de la resistencia lleva terquedad, y esa, allí, no se ahorra.