Foto: Yoel Benítez Fonseca/AdelanteFoto: Yoel Benítez Fonseca/AdelanteCAMAGÜEY.- Fogueado en la lucha estudiantil en la primera mitad de la década del 50 del pasado siglo, en el Instituto de Segunda Enseñanza de Camagüey, Eduardo Rivero Pozas marchó a la limpia del Escambray, en febrero de 1961 como integrante del Batallón Tres Julio Zenón Acosta de las Milicias Nacionales Revolucionarias.

A todo riesgo debía defender, con 27 años de edad, la libertad lograda por la Revolución, a fuerza de tesón contra los vejámenes de que eran víctimas los jóvenes durante los tenebrosos años de la dictadura de Fulgencio Batista, aupada por Estados Unidos.

Muchas anécdotas atesora este hombre, nativo del antiguo central Francisco, hoy Amancio Rodríguez, en Las Tunas, de sus vínculos con aquel intrépido luchador, condiscípulo suyo en el preuniversitario, Jesús Suárez Gayol, quien con su valor contribuyó a forjar la conciencia emancipadora al lado de las capas más humildes.

La fecha de llegada al Escambray es imposible de olvidar, fue precisamente el 14 de febrero, Día de los Enamorados, como tampoco el momento del último cerco que le hicieron al cabecilla contrarrevolucionario Osvaldo Ramírez en la zona de El Condado.

Con el paso de los días y la fuerte batida a los alzados se hacían más inminentes los planes de Estados Unidos para estructurar una invasión con fuerza mercenaria organizada, financiada y equipada por el imperialismo yanqui.

Rivero recuerda, entre otros pasajes, el cerco de Guasimal, el ascenso a Topes de Collantes y que hallándose cerca de la iglesia de este lugar montañoso elaborando unos apuntes, a modo de diario de campaña, se enteró de la fatídica noticia de la accidental muerte del joven miliciano Manolito Julién durante el trayecto en tren hacia ese frente de batalla.

El retorno a Camagüey transcurrió en los primeros días de abril. No pasó mucho tiempo antes que le dieran la orden nuevamente al Batallón Tres, de movilización militar, del pueblo uniformado.

Esta vez, la trinchera se estableció en la zona de La Vallita, cerca de Florida, donde estuvieron acantonados en una posición estratégica prestos para cualquier misión, hasta la derrota de los invasores. Luego, al batallón lo destinaron hacia Chambas, en la actual provincia de Ciego de Ávila en la finca La Nenita, de la antigua Kin Ranch.

A 60 años de los hechos de Girón manifiesta su orgullo de cubano por haber infringido la primera derrota militar a Estados Unidos en América Latina.

“Fue impresionante la presencia de Fidel en las arenas de Girón y cuando le habló a los descarados mercenarios, franca demostración de la clase de Líder que teníamos nosotros”.

Fotos: Sitio Fidel Soldado de las IdeasFotos: Sitio Fidel Soldado de las Ideas

Sobre esta crucial batalla el Comandante en Jefe afirmó en el acto central por el XXXV aniversario de la victoria de Playa Girón, el 16 de abril de 1996:

(…) a partir del 17 de abril nuestro pueblo luchó ya, con las armas en la mano y al precio de su sangre, por el socialismo. Era el momento, realmente, de dar aquella respuesta enérgica, valiente, desafiante, porque Girón ocurrió cuando estábamos rodeados por escuadras norteamericanas, y como diciéndoles: Si quieren desembarcar, desembarquen, no les tememos, y nuestra idea y nuestro propósito es este”.