CAMAGÜEY.- José Martín Acosta recuerda con exactitud la fecha de sus inicios en la Pedagogía. “Fue el 12 de diciembre de 1969 en Florida, con 16 años. Yo quería dedicarme a otra cosa, pero fueron tantos los valores pedagógicos y de amor hacia los demás inculcados por mis maestros que llegó el momento en que lo tuve claro y no dudé. Además, había sido monitor de Biología en la secundaria y en el pre y ya no tenía pena”.

Cuando comenzó a estudiar en Camagüey no existía escuela pedagógica. Después de una nivelación y cuatro cursos en el Instituto Superior Pedagógico, se fue a Mozambique en 1985 a impartir clases, mientras ejercía como jefe de brigada de la parte de alfabetización. Regresó al país para retomar la carrera y graduarse de Licenciado en Biología y de Máster en el 2010.

“A la escuela pedagógica Nicolás Guillén llegué hace más de una década. Sentía la necesidad de contribuir a la formación del relevo. Sé que aquí está mi continuidad, esa que seguro vieron en mí aquellos primeros docentes y que en la actualidad agradezco tanto. Me enseñaron a enfrentar cualquier situación sin miedos, eso es lo que trato de hacer yo”.

A sus 67 años el profe Martín, como lo llaman, nos habló con amor de la directora de la unidad 1 que antes fue su alumna y hoy lo dirige; y nos presentó lleno de orgullo a sus discípulos Lucy Sabrina, Nidia María y Emilio David, tres jóvenes que le siguen los pasos pues quieren ser como él.

“A sus turnos no falta nadie”. “Era súper estricto pero nunca nos trató mal”. “Es un profesor atípico en el buen sentido de la palabra”. “La mayoría de ellos se para en un aula y te enseñan, sin embargo Martín, además de eso, inspira. Ese es su gran don, uno que lo hace ser el mejor”. Estos fueron algunos de los elogios, suficientes para llenarle los ojos de lágrimas.

“Cuando logras que la nueva generación hable así de ti, cumpliste. Tengo que trabajar más para no fallarles, los muchachos confían en mí. Para ellos quizá no signifique nada que cuando el timbre suena se queden haciendo preguntas y conversando sin importar la hora, para mí significa todo”.