CAMAGÜEY.- Dicen que una mentira repetida puede llegar a convertirse en una verdad por muy desatinada que sea. Al parecer esto es lo que pretende el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica. De una falacia que  enarbolan ahora conversé con el Dr. Leosvel Pérez Gutiérrez, médico de Vertientes, de la provincia de Camagüey.

Él labora en la policlínica Mario Muñoz Monroy de su municipio y tiene amplia experiencia en otras tierras (misiones internacionalistas en Guatemala del 2006 al 2008; en Venezuela en el 2010; y en en Guinea Ecuatorial desde el 2016 al 2018; en el 2014 integró la Brigada Henry Reeve durante seis meses en Sierra Leona, África, en el enfrentamiento al Ébola,  y como miembro de esta estuvo en Lombardía, Italia, donde permaneció hasta hace muy poco en la batalla contra la COVID-19). Por ello creí oportuno abordar en nuestro diálogo el término de esclavitud que quieren endilgar a los médicos internacionalistas cubanos. Cumplió  

Lo primero que recordó Leosvel fueron los consejos de Esculapio —para los romanos el Dios de la medicina y la curación— quien decía: ¿Quieres ser médico hijo mío?, y acto seguido se refería a que tal aspiración correspondía a un alma generosa con un espíritu ávido de ciencia, y no solo bajo el precepto de aliviar los males de otros, sino igual de ahuyentarles el temor.

“El médico de verdad no tiene horario, ni días festivos planificados, ni vida privada. Su propia familia queda, en no pocas ocasiones, en un segundo plano, por el bienestar de personas hasta desconocidas. El médico tiene que dedicarse en cuerpo y alma a su profesión, es su principal compromiso”.

Mencionó que desde todo el sacrificio empleado en los estudios ya se siente que ayudarás y apoyarás, mediante diagnósticos y tratamientos certeros, y acompañarás a personas para que curen, se alivien y hasta para que no se sientan solas, eso es un sacerdocio vivo de la humanidad: el ejercicio de la medicina.

“Quienes utilizan esos términos peyorativos saben en el fondo que esta es una carrera muy humana la que hacemos nosotros. Pero les molesta e intentan desacreditarnos”.

La baja remuneración es uno de los referentes que toman como excusa, dijo Pérez Gutiérrez: “Y todos sabemos, dijo, que enfrentamos problemas económicos, me refiero al país y a los cubanos en lo individual, ese es un tema con el que nos atacan, mientras nosotros, como otras profesiones, tenemos la posibilidad de aportar nuestro granito de arena por Cuba y hasta por nuestras propias familias. Fui entrevistado por la Agencia Francesa de Prensa en el hogar de ancianos Lombardía, Italia, donde me encontraba trabajando, fue algo muy intencionado, e insistían en que si estaba consciente de que nuestro servicio era pagado al país y si estábamos de acuerdo con el pago que recibíamos.

“Respondí con claridad y expliqué que una buena parte de lo recibido por Cuba se revierte en nuestros propios servicios de Salud, que son gratuitos para el pueblo, pero cuestan, sí, porque cuestan los medicamentos, los medios diagnósticos, los equipamientos, los ingresos hospitalarios e insumos de todo tipo... el Estado compra todo eso y en reiteradas ocasiones, los cubanos, los beneficiados ni siquiera sacan cuentas.

“Y cuando trabajamos en el exterior, notamos estas cosas porque, incluso, nuestra asistencia es pagada por los nacionales, tanto en los centros asistenciales públicos como privados. Por eso manifesté, y lo repito ahora: aportamos para ayudar a nuestro propio pueblo, incluida nuestra familia, además, estoy dispuesto a ir a cualquier parte del mundo sin medir las consecuencias individuales, no me siento humillado, ni explotado, todo lo contrario”.

Frente a la estatua del patriota italiano Giuseppe Garibaldi.Frente a la estatua del patriota italiano Giuseppe Garibaldi.El Dr. Leosvel tiene bien claro que socorrer a los seres humanos más necesitados es luchar por el bienestar y por la vida misma, como esencia de un revolucionario, que no solo se mide por la lucha armada.
“Dicho todo esto, si otros medios de prensa están tan preocupados por ese término de esclavos, entonces puedo decir que sí lo soy, pero de mi profesión, de mis decisiones, de mi estilo de vida y de ser lo que soy en beneficio de los demás, y si ese es el calificativo impuesto, lo llevo con orgullo, porque entonces soy un esclavo de la humanidad, es por eso que cumplo con mis principios y no me preocupa en lo absoluto el término en cuestión”.

No podía faltar referirnos al movimiento internacional originado con el fin de que al Contingente Internacional de Médicos Especializados en  Enfrentamiento de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, creado para enfrentar situaciones de desastres naturales y grandes epidemias donde sea necesario, le sea conferido el Premio Nobel de la Paz y en este caso él recordó que la iniciativa surgió cuando enfrentaron al Ébola en el continente africano, algo que no fructificó y es retomado ahora como consecuencia de estar de frente a la COVID-19 en varias partes del mundo, aunque la 140 Reunión del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), otorgó por unanimidad el Premio de Salud Pública en Memoria del Dr. Lee Jong-wook.

Su esposa, hijos y vecinos a su llegada de Italia.Su esposa, hijos y vecinos a su llegada de Italia.

“Ni antes, ni ahora, hemos respondido al llamado de otras naciones a cambio de un reconocimiento, nunca será por un Premio Nobel. Este movimiento generado por personalidades de diversos ámbitos, y que no son pocas, ya constituye un reconocimiento en sí mismo, sin llegar a vanagloriarnos, lo que ocurre es más que suficiente y da la medida de que son muchos los que están del lado de la humanidad y de la vida”.

Considera un dato curioso que años atrás y al frente de la vicedirección de Asistencia Médica, en Vertientes, recibió un donativo de un grupo de solidaridad Italia-Cuba, concerniente a equipos de computación, algo que lo adentró en ese mundo, y en estos tiempos, sin habérselo propuesto, pudo agradecer ese gesto al pueblo italiano.