LA HABANA.- Las enfermedades crónicas del hígado constituyen hoy un problema de salud en Cuba, asociadas a una epidemia silenciosa, la obesidad. 

Según informó el más reciente boletín emitido por el Ministerio de Salud Pública en la isla, el exceso de peso en la población escala posiciones como una causa subestimada, pues durante años se ha asociado la cirrosis y otras patologías hepáticas principalmente con  alcoholismo o las hepatitis virales (B y C). 

En medio de una transición epidemiológica marcada por el aumento de enfermedades no transmisibles, como la diabetes y la hipertensión, el hígado graso no alcohólico  se impone como un nuevo desafío para el sistema sanitario. 

Alertó la investigación que esta condición, íntimamente ligada al sobrepeso y al estilo de vida sedentario, puede evolucionar hacia inflamación hepática, fibrosis e incluso cirrosis,  pues se calcula  que hasta un 70% de los pacientes con obesidad pueden desarrollar hígado graso. 

La tendencia al alza de la obesidad, con una cifra este año del  24 por ciento en el país,  podría convertirse en el detonante silencioso de una crisis hepática futura si no se toman medidas a tiempo, agregó el estudio. 

Por ende, los expertos exhortan a adoptar y  promover hábitos saludables, una alimentación balanceada y mayor actividad física para prevenir estas patologías. 

En la actualidad, las enfermedades hepáticas crónicas —excluyendo el cáncer hepático— se mantienen como una de las principales causas de muerte en el país.

Cuba cuenta con una guía nacional para la gestión del sobrepeso y la obesidad, el control de enfermedades no trasmisibles desde la  atención primaria de salud, estudio y seguimiento a los factores de riesgo y se ejecutan diversos programas para promover la realización de ejercicios físicos.