Foto: Tomada de Dirección Provincial de Salud Pública,CamagüeyFoto: Tomada de Dirección Provincial de Salud Pública,CamagüeyCAMAGÜEY.- La lactancia materna es un hecho único, no solo desde el punto de vista alimenticio para el bebé, sino de inmenso amor entre madre e hijo. Cada año, entre el 1ro. y el 7 de agosto, se celebra a nivel mundial la Semana dedicada a este hecho y a partir de 1992 quedó instituida así por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

En el actual 2020 estos siete días están llamados a “Apoyar la lactancia materna para un planeta más sano”. La OMS y Unicef instan a los gobiernos para que protejan y promuevan el acceso de las mujeres a asesoramiento cualificado sobre lactancia materna, crucial para incentivar el amamantamiento.

A mi modo de ver, la modernidad ha influido negativamente en esta práctica tan ancestral como la vida misma. Hoy la mujer está más integrada a la vida laboral y social de todo tipo, sin pasar por alto los estereotipos de belleza divulgados en el mundo que incluyen las mamas de una manera especial.

Una mujer debe sentirse plena al parir, pero igual al tener la posibilidad de ofrecerle a su bebé el mejor comienzo en la vida por los beneficios que le aporta a su salud, tanto nutricionales como emocionales y hasta para la economía familiar; sin embargo, ella necesita apoyo de los expertos de la Salud, de su pareja y de sus más allegados en general, tanto para iniciarse en tan sensible acto como para continuarlo.

De acuerdo con investigaciones muy bien documentadas, muchos de los niños menores de un año y hasta mayorcitos que enferman no han sido beneficiados con la leche de sus madres, y de la misma manera se asegura la protección que reciben al ser alimentados de manera natural, la que prácticamente no presenta contraindicaciones, lo contrario de cuando se les suministran alimentos no indicados.

Recuerdo siempre una pregunta que hacía un pediatra amigo: “¿Cuándo han visto a un animal-madre alimentar a su cachorro con otra leche porque su hijo no se llena?”. Así reflexionaba sobre uno de los principales pretextos de la actualidad: “El niño llora porque se queda con hambre”. De la misma manera este experto sugería que a las niñas se les inculcara amamantar a sus muñecas y dejar de lado esos pomitos de leche que se adentraban en sus cerebritos para siempre.

Si pensar siquiera que todo es perfecto, puedo asegurar que el Sistema de Salud en Cuba, desde su atención primaria, con su médico y personal de enfermería, concibe el adiestramiento para las mujeres en edad fértil, durante el embarazo, en el momento de parto y después de este, pero no siempre se logra, en demasiadas ocasiones se prioriza la rapidez del día a día y ese acto requiere tiempo, constancia, dedicación y mucho amor.

En estos tiempos de pandemia por la COVID-19 no debe descuidarse, ni se ha descuidado en Cuba, cada detalle relacionado con la lactancia natural, más bien intensificarse por ser una intervención de Salud Pública que salva vidas y previene infecciones y enfermedades en la población en general.

De acuerdo con información publicada por la Organización Panamericana de la Salud es recomendable que durante la pandemia de COVID-19 se continúen las pautas estándares sobre alimentación infantil, como son iniciación de la lactancia materna dentro de la hora siguiente al nacimiento, que sea exclusiva hasta que los bebés tengan seis meses de edad, y se siga, junto con los alimentos complementarios nutricionalmente adecuados y seguros, hasta los dos años de edad o más.

Al momento del nacimiento, las mamas producen el calostro, llamado primera vacuna, por sus proteínas protectoras. Esa primera leche es rica en vitaminas, inmunoglobulina, y anticuerpos.

Resulta casi imposible que una madre se niegue a tal acto de amor si conoce que los niños amamantados tienen un menor riesgo de maloclusión dental —incorrecta alineación de los dientes— y, además, que responden mejor a las pruebas de inteligencia.

La lactancia materna ayuda a mejorar la salud materna, pues reduce el riesgo de sufrir de cáncer de mama y de ovario, de hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares, y los niños tienen mayor resistencia al estrés. Colocarlos del lado izquierdo al ser cargados los hacen sentir más seguros por los latidos del corazón de sus madres.

Esta campaña mundial, coordinada por la Alianza Mundial para la Acción de Lactancia Materna, con el tema escogido que se centra en el impacto de la alimentación infantil en el medio ambiente/cambio climático y la ineludible necesidad de proteger, promover y apoyar la lactancia materna para salud del planeta y su gente, por eso está en correspondencia con estudios indicativos de que al incrementar las tasas de este acto de manera exclusiva durante los seis primeros meses de vida y que constituye un honor para la mujer, podría salvar la vida de 820 000 niños cada año en el mundo.

La lactancia materna puede resumirse en un privilegio, en salud y, sobre todo, en muestra de amor infinito.