CAMAGÜEY.- Danixia Novoa Sotomayor jamás pensó ver erupcionar un volcán. La doctora camagüeyana supo de la existencia del cráter La Soufriere desde su llegada a San Vicente y Las Granadinas,   en marzo del 2020 como integrante del Contingente Henry Reeve.

Este fenómeno natural desde hacía 41 años no registraba movimientos explosivos y el peor, con el saldo de 1 000 personas fallecidas, ocurrió en 1902.
Desde el pasado 9 de abril comenzó una erupción explosiva, como culminación de una actividad sísmica de cuatro meses, según anunció el gobierno del país caribeño.

Según la entrevistada, las autoridades de la nación, a través de evaluaciones de expertos daba seguimiento y emitía información oportuna para preparar a la población sobre lo que se avecinaba.

Las potentes columnas de humo, cenizas y vapor que estallaron aquel viernes obligaron, dos días antes, la evacuación de pobladores de la zona roja, la más vulnerable, cercana al volcán y del personal médico cubano que laboraba en el CDI (Centro de Diagnóstico Integral) en Georgetown.

En el sitio funcionaba un servicio de hemodiálisis, dirigido por la nefróloga Yurisleidys Aguilera y cinco enfermeras, dos de ellas Daily Hernández y Aida Quezada, de Camagüey. La instalación hubo que trasladarla con tres riñones artificiales directamente al hospital de la capital brindando ayuda, de manera ininterrumpida a la población.

Al decir de Danixia, quien desde julio del 2020 forma parte de la brigada de profesionales   de la Salud como médico general, ese es un colectivo  “muy bueno, ejemplo de sacrificio y entrega”.

Danixia, junto a otros tres médicos de Cuba, laboran en el distrito de Pembroke, específicamente en el policlínico Buccament, al que pertenecen cinco clínicas o consultorios.

“El enfrentamiento a la COVID-19 y el dengue han sido las más difíciles tareas, además de atender a pacientes con diabetes, hipertensión y demás patologías crónicas y procesos de emergencia”.

Las familias de los colaboradores cubanos pueden sentir plena confianza. Ellos están reubicados en el hospital y clínicas del resto del país, mientras mantienen su gesto generoso   con los granadinos.

Danixia destacó la ayuda solidaria de los cubanos residentes allí con los niños sin amparo filial y de otras instituciones infantiles.

“La comunidad cubana en San Vicente –sostuvo— es muy unida a los residentes y se han sumado a la tarea de contingencia. Debemos destacar la de la embajada nuestra, de la jefatura de la misión, de la unidad central de colaboración de Cuba, del Ministerio de Relaciones Exteriores y de nuestro presidente Miguel Díaz-Canel, con mensajes de aliento, y de todas las brigadas en el exterior”.

Son momentos difíciles los que viven los habitantes de San Vicente y Las Granadinas ; la lluvia de cenizas no cesa, hay alrededor de 5 000 habitantes evacuados, se carece de agua potable, puesto que el manto freático se ha contaminado, pero como siempre ocurre, la solidaridad internacional se abre paso.