CAMAGÜEY.- El auditorio se puso de pie cuando escucharon los nombres de Hilda Elena Iglesias Carnot e Ismael Mariano Ferrer Herrera al recibir la orden Frank País de I grado por estar vinculados a la educación por más de 30 años. Así mismo, en medio de un número cultural, lo hicieron y aplaudieron, cuando vieron entrar a la profe Clara García Barrios, que no llegó a tiempo debido al transporte.
Nadie lo pidió como en algunos actos. Lo hicieron de manera espontánea, con la única certeza de agradecer a quienes han dedicado toda su vida a la Universidad que hoy cumple sus 45 años. A esos que fueron los profesores de varias generaciones de médicos, de los que estaban allí o se encuentran en algún lugar del mundo, pero que seguramente los recuerdan con respeto y admiración. Así se lo han ganado.
La historia de la Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey no inició en 1980, aunque es esta la fecha en que se crea oficialmente el Instituto. Antes, en 1968, llegó desde La Habana el primer grupo conformado por siete estudiantes a cursar su último año. Así lo recuerda el profe Ferrer que fue parte de estos muchachos y quien recuerda que recibieron clases de los mismos especialistas que laboraban en el hospital y que sin ser docentes lo asumieron de forma magistral.
Ya entre 1970 y 1971 gradúa sus primeros 44 médicos, y luego se convierte en una facultad de la casa de altos estudios Ignacio Agramonte Loynaz. “La Universidad ha formado profesionales de la salud de acuerdo a nuestro modelo, con un alto grado humanista, inspirados en el Che, se ha enfrentado a grandes epidemias como el dengue y la Covid- 19 y no podemos dejar recordar a nuestros fundadores a los que le agradecemos a nombre de los más de 29000 graduados, entre los que se encuentran más de 3000 de otras nacionalidades”, expresó el doctor Lester Marrero Molina, rector de la Universidad.
En el acto por su aniversario también se entregó la distinción Juan Tomás Roy a mujeres con más de 20 años y hombres con más de 25 años dedicados a la ciencia.
De igual forma se entregaron los premios del Rector en las categorías de profesor más destacado integralmente, investigador, investigador joven, profesor joven, trabajador administrativo y trabajador de servicio, así como los premios colectivos al departamento docente más destacado integralmente, el centro de investigación y el departamento no docente. De manera especial se entregó este reconocimiento por la obra de la vida a cinco profesores.
Fue un día, sobre todo, para reconocer. Porque la historia de esta Universidad no puede concebirse sin sus hombres y mujeres. Sin aquellos que levantan teatros enteros por la felicidad de sentir que “su profe” fue premiada. Sin el profe, que con dos medallas en el pecho sale del lugar y le dice a un estudiante: - “Tenemos clases por la tarde, recuérdalo” porque su mejor reconocimiento es ese, el de continuar trabajando ya sus 80 años.
La Universidad la hacen y construyen, día a día, estas personas. Y en su ejemplo y dedicación se ven reflejados tantos profesionales que hoy, a pesar de las carencias, continúan en nuestros hospitales salvando vidas.