CAMAGÜEY.- Nunca he lidiado con las matemáticas, los números no me son fáciles; sin embargo, hay casos y casos, sobre todo en estos tiempos de tanta incertidumbre a nivel mundial, cuando los ricos no parecen tan ricos y los pobres siguen siéndolo sin preocuparles a algunos y preocupándoles a otros, incluida esa inquietud por los más favorecidos luego de la llegada de la pandemia COVID-19.
Y aclaro antes de la pandemia porque esos tan beneficiados por sus fuertes economías hoy son tan frágiles que se han dado cuenta, no todos claro porque a veces la soberbia ciega, de que necesitan de los que se creía no tenían nada.
Cuba, país pequeño, sin riquezas naturales ni una economía envidiable, tiene una fortuna inmensa y es su gente y dentro de esta a un sector que todos admiran, y estoy segura por hasta aquellos que lo niegan públicamente, y es el de la Salud Pública y me refiero a todos: a profesionales, técnicos y sus trabajadores de manera general.
Solo la provincia de Camagüey exhibe 1 994 colaboradores del ramo en 40 países imposibles de mencionar. De estos 696 médicos, 162 estomatólogos, 898 licenciados y otros profesionales, 199 técnicos y 39 como personal de servicio, y con mayor cantidad en la República Bolivariana de Venezuela, Angola y Argelia, de acuerdo con la información ofrecida por la Dra. Diamaris Suárez González, jefa del departamento de Colaboración Médica de la dirección provincial de Salud.
Dónde esta #Cuba cooperando en enfrentamiento al #Convid_19? #CubaSalvaVidas #CubaSalvaElAmor @embaCubaEspana https://t.co/bORXkNsQeJ
— Gustavo Machín Gómez (@GustavoMachinG) April 3, 2020
Como estos números cambian con frecuencia vale mencionar que se cuenta con poco más de 100 colaboradores destinados y con su voluntariedad de laborar en el enfrentamiento a la actual pandemia que mantiene en vilo al mundo, de los cuales sobrepasan los 50 que ya se encuentran en Italia, Belice, Jamaica, San Vicente y las Granadinas, Surinam, República Bolivariana de Venezuela, Andorra, Antigua y Barbudas, Santa Lucía y Dominica, sin obviar que todos, los de este propósito, los que estaban en otros sitios y quienes se desempeñan en sus puestos habituales en Cuba están expuestos por las características solapadas de esta enfermedad que la podemos denominar como silenciosa o sin rostro.
Cincuenta y siete años no son pocos si conocemos que desde 1963 comenzaron estas ayudas a otras naciones. Fue entonces que 56 voluntarios marcharon a Argelia para mitigar con sus saberes y mucho esfuerzo, los embates devastadores de un terremoto, incluso, sin contar Cuba con un médico por cada mil habitantes como sucede ahora. Algunos de estos profesionales eran graduados desde antes de 1959 y otros terminaron después por permanecer cerrada la Universidad de La Habana durante gran parte del desgobierno de Fulgencio Batista.
Años tras años se fueron sumando otras misiones, la propia Argelia contó con camagüeyanos en un segundo grupo en 1975 donde no faltaron epidemias como la del cólera. Ya en septiembre del 2005 quedó constituida la Brigada Henry Reeve, esta responde a un Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias, y aunque lleve la acepción médicos, entiéndase enfermeras (os), otros profesionales del sector, técnicos y personal de apoyo.
La Brigada fue ideada por el Líder de la Revolución cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, no solo con el fin de apoyar en otros países, sino hacerlo de manera inmediata ante catástrofes sufridas, tanto por huracanes u otros fenómenos de la naturaleza, y las epidemias, muchas añadidas como secuelas de estos propios desastres naturales.
Cuba demostró en el 2014 que con 256 profesionales de la Salud, de estos 14 camagüeyanos, pudieron contribuir en mucho a controlar el Ébola — fiebre hemorrágica viral— en África Occidental, cuando organismos internacionales referían que nada podía hacerse por África por ser un continente demasiado pobre, y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) calculó 1 000 millones de dólares para controlar dicha epidemia, y así y todo no llegó a convertirse en una pandemia.
La realidad global actual es otra. El coronavirus COVID-19 fue declarado pandemia el 11 de marzo pasado. De acuerdo con la información brindada por las autoridades sanitarias de Cuba, hasta el 2 de abril se reportaban 178 países con casos de COVID-19, de estos con transmisión en 166 países (93,2%), 928 437 casos confirmados y 46 891 fallecidos, para una letalidad de 5,05%.
En la región de las Américas el registro fue de 248 796 personas confirmadas, o sea, el 26,8% del total de casos reportados en el mundo con 5 940 fallecidos y una letalidad de 2,4%.
Cuba reporta hasta la fecha mencionada, un total de 269 personas confirmadas, 15 recuperados y seis fallecidos.
En general, el archipiélago cubano mantiene 28 129 colaboradores en 59 países, en tanto son 596 los que apoyan la lucha contra la COVID-19, en 14 naciones, entre ellos Venezuela, Nicaragua, Surinam, Jamaica, Granada, Italia, Haití, Belice, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, Antigua y Barbuda, Dominica y Andorra.
El himno nacional de #Cuba se escucha en calles de Andorra la Vieja, capital de Principado de #Andorra, en gesto de uno de sus habitantes en agradecimiento por la contribución de brigada médica cubana a enfrentamiento a #Convid_19.#CubaSalvaElAmor #CubaSalvaVidas @embaCubaEspana pic.twitter.com/W76YuxGaoT
— Gustavo Machín Gómez (@GustavoMachinG) April 3, 2020