CAMAGÜEY.- Por estos días no se habla de otra cosa en la calle, en los centros laborales, en los hogares. El coronavirus ha despertado ansiedades en parte de la población y hacia las condiciones sanitarias de los más pequeños en las escuelas se dirige más de una mirada.
Ante la amenaza que supone la enfermedad COVID-19 en Cuba, el Ministerio de Educación (Mined) aplica medidas destinadas a prevenir el contagio y propagación del virus. Garantizar la salud de los más de 1.7 millones de estudiantes en el país es, con o sin pandemia, uno de sus principales objetivos.
Desde febrero, cuando aún no se reportaban casos en el país, los maestros y trabajadores recibían capacitación sobre el tema. Lo primero era conocer al detalle los síntomas del virus, las vías de transmisión y las medidas de control. Hoy las audiencias sanitarias han especializado estos espacios y los intercambios suelen ser más profundos.
“Estar informados es una de las mejores maneras de cuidarse. Aunque por nuestra edad a veces no les prestemos la debida atención a situaciones así, los maestros han buscado las vías de hacernos entender el riesgo que corremos si no cumplimos las normas establecidas”, refiere Dilianis Arredondo, estudiante de décimo grado del centro mixto Inés Luaces.
Otra de las acciones, quizá la que más se percibe, es el lavado de las manos con agua, jabón y cloro. “En cada centro, explica Miguel Zayas Feteira, asesor de salud escolar en Camagüey, se han creado condiciones para que nadie entre o salga sin antes desinfectarse. Asimismo, se prohíbe la entrada de quienes presenten síntomas o signos de infecciones respiratorias agudas y se controlan los puntos de embarque”.
Las educadoras del círculo infantil Alegría del Hogar dicen que la comprensión y ayuda de los padres ha sido fundamental. “Cuando se trata del bienestar de su niño no vale molestarse por una fila en la puerta que avanza más lento que de costumbre o porque sea el menor quien a la salida obligue a su mamá a ´espantar el coronavivo´(como lo llaman). Es lógico preocuparse, todos lo hacemos, pero aquí aseguramos los cuidados necesarios”, aseguró Yilietsy Arias Carmenates, logopeda de la institución.
La joven amplía: “todos los días cuando termina la jornada laboral en ‘Alegría’, limpiamos los juguetes, las mesas y las sillas y más o menos cada dos horas se sacan de los salones a los menores para el aseo de las manos”.
Muy importante resultan también las pesquisas diarias a estudiantes y docentes. Si durante las clases presentan fiebre, malestar, tos o secreciones nasales, la orientación es aislar a la persona y avisar de inmediato a la familia y al área de salud más cercana.
Y aunque en algunas escuelas del territorio se haya sugerido el uso del nazobuco, en la última emisión del programa televisivo Puntos cardinales, trasmitido por el canal Caribe, Mary Carmen Rojas Torres, jefa de departamento de Salud Escolar a instancia nacional, aclaró que no es una condición que el niño asista al aula con esa prenda.
Mantener una adecuada ventilación de aulas, salones de juegos, talleres y residencias estudiantiles; además, higienizar a diario las superficies lisas como mesas, teclados, mouse, evitar los saludos con besos y trabajar en la divulgación constante de las últimas noticias y datos sobre el virus, completan la lista de medidas en los centros educativos. Entre las más recientes medidas se incluyó el control diario de los alumnos y trabajadores que tengan contacto con viajeros y la prohibición de realizar matutinos en las plazas, y se valorará la desagregación de los grupos de elevada matrícula.
En las redes sociales varias son las posturas sobre la continuidad o no del período lectivo. A pesar de los pedidos para su interrupción o las críticas de alguien porque existen pocas llaves con agua donde estudia su hijo, el mejor lugar para el resguardo de los pequeños son las aulas, donde con elevada percepción del riesgo y responsabilidad ponen el mayor empeño en dejar sin escuela al virus. Nos toca a todos ayudarlos.