Esta periodista llegó tarde a la Galería-Taller Larios. No pude ver a Elcides, ni a Michel Eduardo, ni a Fernando, tampoco a los hermanos Daniel y David. Quizás no hubiera podido “conocerlos” si asumimos que ese acto implica diálogo, intercambio, comunicación… O quizás sí, quizás hubieran accedido a decirme, a darme o pedirme (algo), o a “verme” a los ojos, y hubiera sido suficiente.

Por lo pronto me consuelo con el encuentro, seguro y puntual, de este 2 de abril.

Elcides, Michel Eduardo, Fernando, Daniel y David son niños diagnosticados con el trastorno del espectro autista (TEA), y en “Larios” confluyeron por la cortesía de la acogida. Allí expusieron en caballete las piezas de su felicidad.

“Cuando me miras, recobro fuerzas y siento que voy en el sentido correcto, Mamá”, escribió una de las guerreras en pancarta pública. Porque la familia deber ser la primera en romper barreras y sensibilizar gente. Así lo entendió un hermano “mayor” al comprender y “vocear” con tinta que la de su pequeño es “otra forma de amar.”

Más allá de las causas, aún insospechadas para la ciencia, el proyecto Esperanza azul, del programa Cáritas Camagüey, proporciona a las familias desde febrero de 2014 las herramientas de la fe y la felicidad. No hacen falta protocolos para dar amor y reciprocar con el mismo sentimiento. 

También Aniel de Jesús, Alexis y Esteban dejaron sus huellas de tinte azul, y sus fotos y sus risas porque aunque no comprendan muchos significados entienden que como todos los niños, son excepcionales.

En Camagüey desde hace tres años, gracias a la Dirección Provincial de Educación y a la Oficina del Historiador de la Ciudad, abrió la “Héroes del Moncada”, una escuela especial donde reciben la estimulación y los contenidos de la enseñanza general alrededor de una treintena de niños con esa condición.

Este dos de abril es el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo. De azul se vestirá Camagüey con el derecho que le dan sus acciones: la “Héroes del Moncada” es de las pocas escuelas en el país dedicadas exclusivamente al TEA. Con la sensibilidad del arte celebraremos la fecha desde un sitio tan emblemático y patrimonial como el Teatro Avellaneda. Falta mucho por hacer y ganar como sociedad, pero aquí “andamos” bien.