CAMAGÜEY.- Era de tarde cuando Fidel llegó al Palacio Provincial de Pioneros Camilo Cienfuegos, enclavado a escasas cuadras del hospital pediátrico Eduardo Agramonte Piña. Como me dijo alguien, el 17 de diciembre de 1974 es una fecha grandiosa para no olvidar.
Francisco López no borra de su memoria aquella jornada inolvidable, donde el Líder Histórico de la Revolución hablaba con los pioneros, ataviados de pañoletas y de boinas, con su pensamiento estratégico de que los niños son el futuro y recibieran lo que nunca tuvieron.
“Paquito” -como lo conocen en la sociedad camagüeyana- estima que la fecha no debe pasar por alto ni para la organización de pioneros, la juventud ni para el sector de la educación como acontecimiento histórico que se resume en las huellas del hombre que transformó a Cuba, las fotos del recorrido, las cuales permanecen en el lugar y la cita de él en el libro de visitante.
Al decir de Fidel: “El círculo provincial de pioneros de Camagüey constituye una gran creación revolucionaria de esta provincia, digna de imitar en el resto del país. Nos ha producido una extraordinaria impresión. Aquí se demuestra que con poco se puede hacer mucho. El visitante solo puede lamentarse de no haber conocido institución como esta en su niñez”.
El entrevistado puntualizó ideas esenciales en estos tiempos: “Desde edades tempranas hay que sembrar la historia, porque quienes la olvidan tienen que volver a vivirla”.