CAMAGÜEY.- Después de la dura prueba de cuatro meses sin la rutina vital de clases y ensayos, como solía andar en sus salones, el Ballet de Camagüey se atreverá los días 8 y 9 de agosto a volver al Teatro Principal de esta ciudad.
Presentará un programa concierto sin intermedio, concebido con los estrenos del pas de deux de Sherezada, montaje de la maître Lila Martínez, de quien además se presenta por primera vez la pieza Crisálida.
También de pequeño formato se incluyeron el pas de troi de El hada de las muñecas; Desequilibrio, de José Antonio Chávez; Aguas primaverales; y el cierre con el Grand pas Eventails.
La compañía dedica las funciones (sábado a las 8:30 p.m., y domingo a partir de las 5:00 p.m.), Fernando Alonso, de quien el 27 de julio se conmemoró el séptimo aniversario de su fallecimiento; y al recuerdo y legado de Eusebio Leal.
Regina Balaguer, directora del Ballet de Camagüey, contó a Adelante Digital acerca de los ejercicios desarrollados en casa durante la cuarentena, y del rigor de bailarines y maestros desde el retorno a la sede el pasado 29 de junio.
“No queríamos dejar de estar en el teatro y ofrecer nuestro arte al público este verano”, enfatizó con el cariño por su coliseo principal, que admitirá hasta alrededor de 350 personas, en correspondencia con las medidas sanitarias.
Regina comentó su aspiración de una situación epidemiológica que permita mayor frecuencia de presentaciones, y hacer a finales de noviembre la segunda edición del Concurso de Coreografía Fernando Alonso In memoriam.
El certamen sería la antesala de los 53 años que el Ballet de Camagüey cumplirá el primero de diciembre; y de la celebración del medio siglo de vida artística del coreógrafo y maître José Antonio Chávez.
“Ojalá no continúen las indisciplinas. Cuba no se puede permitir eso. Muchas personas trabajan por la salud de la población. Urge más responsabilidad y conciencia para evitar males mayores”, concluyó Regina Balaguer.