CAMAGÜEY.- La presentación del texto Cien horas con Fidel fue el pretexto del intercambio de Ignacio Ramonet con estudiantes, escritores y público en general de la edición camagüeyana de la 28 Feria Internacional del Libro 2019. El Teatro Avellaneda se consolida como el espacio ideal para establecer estas conexiones con y sobre “gigantes”.
Para acercarnos al enigma Fidel buen camino brinda quien le abarcó por mucho más de cien horas. “Fidel se educa como un niño campesino; él se vanagloriaba de ese status porque aunque sus padres tenían una buena posición económica, decía: No soy nieto de ricos”. Por ese “desamparo” de clase quizás fue que siempre se sintió tan vinculado a los más desposeídos.
Su primera maestra fue haitiana, y es la que convence a los padres de la capacidad intelectual del niño y lo lleva para Santiago de Cuba a estudiar. En los barracones haitianos cercanos a su casa de Birán fue donde jugó, comió, donde fue alimentando ese sentimiento de solidaridad con los humillados de la tierra.
“En el libro no solo expone sus ideas políticas, mira su pasado y se cuenta a sí mismo su vida y por tanto va mostrando el arco de la Revolución. Recuerdo un día de las madres que estuvimos hasta las once de la noche conversando, no lo pasó con su familia, y al contestarme la última pregunta que traía preparada me dijo: bueno, que más. Yo le dije: ya, se me acabaron… ‘Ramonet te he ganado, tengo más respuestas que tú preguntas’”, recordó el también periodista y politólogo franco-español.
Sobre su texto Fidel Castro y la represión contra los intelectuales le provocó el escritor Jorge Santos Caballero. “Escribí este artículo luego de la muerte de Fidel; los grandes medios titulaban de manera similar en detrimento de su personalidad, y yo quise contar mi caso. Yo cuento todo lo que me hicieron cuando publiqué Cien horas con Fidel”.
Le expulsaron del periódico El País, de Madrid; anularon su colaboración con el diario La voz de Galicia por “hacer libro sobre un dictador”, le justificaron. Censuraron su programa en la radio francesa, y cerraron su contrato en la Universidad Paris-VII, donde había enseñado durante 35 años. “Pues sí, fui anulado por esas dictaduras, esa que viví fue la represión de los intelectuales que admiran a Fidel Castro”, razonó.
Durante tres años estuvieron tejiendo el libro, y confiesa que todo ese tiempo hay que dedicarlo a puede dedicarse a gente honesta, inteligente, simpática. “Fidel es el gran teórico de la Revolución Cubana. ¿Cuántos revolucionarios han ganado una guerra?”, interroga con todas las respuestas allí mismo contenidas.
La co-autora del libro El poeta de la aurora, Odalys Leyva Rosabal le agradeció a Ramonet por traernos a un Fidel humano, líder, jaranero, estadista; “así hay que mostrarlo, buscando en lo profundo, en la proyección del ser”, aseveró.
El joven médico Ernesto Cervantes Machado le definió como el Quijote defensor de los pueblos de América Latina. Mucho coraje y convicción hay que tener para sostener esas ideas revolucionarias y progresistas que Ramonet defiende en cualquier escenario, a pesar de las represiones que ha sufrido. Y con él sostuvo la bandera que le regalara Hugo Chávez durante su misión internacionalista en Venezuela. “Es la primera vez que la saco de casa”, aseguró.
En nombre del Instituto Cubano del Libro la directora de Cultura en la provincia, Tamira González, entregó a Ramonet el Premio del Lector por abandararse Cien horas… como el volumen preferido de los lectores cubanos durante el 2018.