CAMAGÜEY.- Cerca del círculo infantil en construcción, en la comunidad Patricio Lumumba, del municipio de Sibanicú, Walfredo Rivero Colmenares, primer secretario del Comité Municipal del Partido Comunista de Cuba, aguardaba por la llegada de Fidel.

Los periodistas de medios de prensa nacionales y extranjeros que daban cobertura al recorrido arribaron minutos antes al lugar, procedentes de Najasa, donde el Comandante estuvo en la planta de zeolita y en el círculo infantil de Cuatro Caminos, el principal asentamiento de ese territorio.

Detrás de uno de los edificios, el equipo de prensa merendaba, cuando el aviso: "Viene la caravana". Como Fidel siempre fue un hombre de detalles, apenas bajó del yipi, preguntó: "¿Periodistas, merendaron?".

La respuesta la ofreció una voz femenina, Maribel Acosta, reportera de los servicios informativos centrales de la Televisión Cubana. Con esa naturalidad y gracejo de los cubanos, (ella incorporada con los años a la docencia de la carrera de Periodismo en la Universidad de La Habana), exclamó: “Sí, Comandante, y algunos reenganchamos”, expresión equivalente a decir, repitieron.

El diálogo entre el Líder de la Revolución y Walfredo fluyó. Los temas fueron variados, desde la ocupación femenina de la zona, ingreso económico promedio –era de 190 pesos–, gastos en que incurrían, principalmente de viviendas, electricidad, y el consumo de agua.

Una sugerencia quedaba en la conversación: buscar fórmulas para elevar la utilización de la capacidad del seminternado de primaria, al tiempo que preguntó cómo trabajaban los médicos de la familia y si atendían a la población lo mismo de día que de noche.

EL SALUDO DE LOS HABITANTES DE SAN BERNARDO

La población de Patricio Lumumba se congregó en la calle principal de la comunidad, engalanada con banderas cubanas y del 26 de Julio para recibir y despedir a Fidel. Hombres, mujeres y niños eufóricos daban vivas. Él estrechó sus manos antes de partir hacia uno de los consultorios médicos, ante la inminente amenaza de lluvia.

Al marcharse de ese sitio, fundado por la Revolución, a la altura del terraplén cercano a la comunidad rural San Bernardo, de tránsito hacia Sibanicú, Fidel comentó en el vehículo en que viajaba, en compañía de Lázaro Vázquez, primer secretario del Partido en la provincia, Walfredo y el chofer, algo que al otro día señaló en la Plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramonte.

Los camagüeyanos recuerdan que poco más de 24 horas después abordó la compleja situación internacional que se avizoraba en el campo socialista y la posible desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

Los habitantes de San Bernardo, a su paso por las inmediaciones del caserío saludaron a Fidel, reciprocó el saludo tendiendo su brazo en gesto también de alegría por la reacción del pueblo.

Antes de llegar al poblado de Sibanicú, la comitiva visitó el centro de cría 10-201 de la granja México.

Los sibanicuenses nunca sintieron tanta emoción como cuando a la vista de sus pobladores, Fidel atravesó de oeste a este el poblado. Hizo la parada definitiva, la más larga de las poco más de dos horas en el territorio, en la fábrica de queso en construcción, baluarte hoy en la producción de alimentos.

ESTAR CON FIDEL FUE ALGO EXTRAORDINARIO

Lorenzo Delgado Delgado, director de la industria, expresa que el colectivo no ha defraudado al Líder Histórico, garantizando quesos de calidad superior. La inocuidad de los alimentos es algo especial. Mantienen vigente la vinculación de los camiones de acopio de leche con las entidades productivas para la llegada rápida del producto y preservar la calidad.

La petición de que la planta asimilara 30 000 litros de leche de vaca diariamente se cumple. En esta temporada recepcionan entre 90 000 y 100 000. Dentro de los proyectos de entonces, no cumplidos, se encuentra la pasteurizadora, por las razones conocidas, y el retroceso de la economía a partir del periodo especial.

La industria de Sibanicú contribuye en la actualidad a la sustitución de importaciones de queso de óptima calidad e incorporó a la producción de alimentos una fábrica de helados de varios sabores que comercializa, fundamentalmente, en el municipio.

El 25 de julio de 1989, fecha de la visita de Fidel a este lugar, en horas de la tarde, en medio de la efervescencia por los festejos del aniversario 36 de los asaltos a los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, se desarrollaba en el lugar, desde por la mañana, una jornada de trabajo voluntario con la participación de los secretarios generales de los núcleos del Partido, la representación de la Unión de Jóvenes Comunistas y de las Zonas de Defensa.

Walfredo testimonia que en el poblado de Sibanicú nadie conocía de la visita de Fidel, solo en Patricio Lumumba horas antes. Vino a saberse después y cuando se retiró para Camagüey. El pueblo en las aceras lo vitoreó.

“Estar con Fidel esas poco más de dos horas fue algo extraordinario para la vida de un revolucionario. No es fácil describir la profunda emoción vivida, fue una mezcla de alegría y de satisfacción el estar frente al Comandante más de dos horas intercambiando con el pueblo.

“El nerviosismo lógico de tener ante mí esa figura, aquel hombre de agudas proyecciones para enfrentar ese momento, tan duro y difícil del período especial. En realidad fue el único que avizoró, de verdad, los acontecimientos que sobrevendrían.

“Proyectó lo que había que hacer en un trance difícil para el pueblo cubano. Solo era posible por la grandeza y el pensamiento de Fidel”, precisó el entrevistado.

Añadió finalmente: “Me sirvió de mucho, me llenó de energía revolucionaria. Aquí estamos todavía… las conquistas de la Revolución presentes”.

Después de jubilado volvió a trabajar, esta vez como controlador de piquera de los servicios de transporte del Poder Popular en la provincia.