CAMAGÜEY.- El 13 de octubre de 1961, apenas siete meses y veintitrés días de su nombramiento como ministro de Industrias, el Che Guevara viajó desde Nuevitas hasta Sierra de Cubitas, a donde él y su comitiva llegaron al filo del mediodía, con la finalidad de conocer las instalaciones de la cueva Del Círculo y decidir el futuro de la empresa extractora de guano de murciélago.

En la plazoleta, junto a la boca de la caverna, el Che se reunió con los trabajadores y conoció las peligrosas condiciones laborales, bajo tierra, de aquellos hombres, muchos de los cuales a pesar de los años transcurridos viven hoy en ese entorno campestre de discretas elevaciones montañosas. En la etapa pre revolucionaria un turbio negocio había logrado la exportación de ese material, efectivo como abono o fertilizantes.

NEGOCIOS Y MAFIA TRAS EL GUANO

El octogenario y activo periodista camagüeyano, Eduardo Labrada Rodríguez, amante de la espeleología en profundidad, refiere que una mañana de febrero de 1957 Gilberto Silva Taboada, biólogo vinculado a la Escuela de Ciencias Naturales de la Universidad de La Habana, estudioso de los murciélagos y miembro de la Sociedad Espeleológica de Cuba, sin previo aviso recibió un mensaje.

La invitación, con carácter urgente, era para una suite del hotel Habana Hilton, promovida por abogados de la firma Jova-Vega Penichet, representantes en Cuba de los negocios del norteamericano Jacobo Jack Arvey, un influyente político de Chicago, presidente del Partido Demócrata de los Estados Unidos de Norteamérica y audaz industrial.

Sin medias tintas, los interlocutores de Silva Taboada le proponían la participación en una aventura financiera, con una recompensa de 1 200 dólares mensuales, más el cargo de director técnico de la proyectada Compañía Cubana de Guano de Murciélago para estudiar las posibilidades de explotar con éxito ese recurso natural.

El “negocio” llevaba consigo eliminar de cualquier modo al mafioso cubano-norteamericano Trino Alejo, hombre sin escrúpulos que engañó a Mr. Arvey para infiltrarse en el trato, falsear documentos y obtener ganancias a espaldas del magnate yanqui. El estudio del guano y la desaparición de Alejo debían cumplirse en un plazo breve o Silva podría correr peligro.

La premura de los abogados tenía dos importantes razones: la primera, que los depósitos de las cuevas del Gran Cañón del Colorado, lugar donde operaba la empresa de Arvey, que les reportaba treinta millones de dólares al año, se hallaban a punto se agotarse. Lo segundo era adelantarse al avaricioso dictador cubano Fulgencio Batista, quien en más de una oportunidad le había comunicado a Mr. Arvey las intensiones de sumarse a la lucrativa empresa, que se establecería en la mayor de las Antillas.

De allí la necesidad de tener a mano toda la información sobre la cantidad y la calidad del guano en nuestro país.

Sin tener idea de cómo se libraría del mafioso, Silva aceptó la propuesta y comenzó a investigar los contratos y documentos manipulados por Alejo. No tardó mucho el capo en conocer las investigaciones del biólogo y prefirió, antes de caer en el capítulo de los ajustes de cuenta, visitar a Silva para amenazarle y sumar otra propuesta: o se declaraba cómplice y vendía su silencio o lo mataba. Así de sencillo.

Entre una y otra gestión, los abogados de Arvey decidieron ocuparse del asunto e invirtieron los papeles. A Trino le dieron 24 horas para desaparecer de la escena, o salir lastimado, por lo que tomó al vuelo la insinuación y abandonó el país con un cheque de un cuarto de millón de pesos. Entre tanto, Silva recorrió varias regiones de Cuba con la intención de ubicar depósitos y analizar muestras extraídas.

Fue así que conoció de las obras que la pequeña compañía Corredera-Arruz y Díaz, desarrollaba con la finalidad de extraer guano de murciélago de la cueva Del Círculo al este de la Sierra de Cubitas, con Manuel Corredera, colono vecino en Minas, como principal accionista. Ese señor se dedicaba a mejorar los cultivos de las fincas de los alrededores con el uso de abonos químicos y orgánicos.

EL GUANO DE MURCIÉLAGO CAMAGÜEYANO BARRIÓ

En sus campañas de prospección por la zona Corredera hizo analizar el guano depositado en diferentes salones de la espelunca. Satisfecho con el resultado adquirió el lote donde se encontraba la cueva en la finca El Infierno, propiedad de los esposos Emilio Ballagas Rodríguez y Modesta Membribe Romero, con el derecho de construir un terraplén de casi un kilómetro de extensión desde el camino vecinal que cruzaba ante la entrada al sitio donde se realizaría las extracciones.

Para esa obra Corredera contrató por 30 000 pesos los servicios del húngaro aplatanado en Cuba Georg Lucas, hombre también de mucha iniciativa y experiencia en el montaje de grandes instalaciones industriales, incluyendo molinos de viento para la extracción de agua y que había ganado prestigio en el sector pecuario. Lucas aceptó la oferta, sumando a lo que entonces se consideraba una aventura al ingeniero Héctor Poveda Suárez, y al mecánico Emilio García, ambos trabajadores de su propio taller.

“Trabajamos como seis meses bajo tierra para hacer esa obra que fue una locura”, relataría muchos años después Poveda. El guano salía de la cueva a bordo de la góndola con un metro cúbico de capacidad colgada del monoriel hasta descargar a un embudo a unos 100 m de distancia frente a la boca de la cueva que estaba unos 20 m por encima de la zona de descarga. Debajo del embudo eran cargados los camiones.

Durante una visita a El Círculo el biólogo Gilberto Silva comprobó que el guano era no solo de magnífica calidad, sino que allí se depositaban cientos de miles de toneladas, por lo que con el apoyo de la firma de abogados que le patrocinaba estableció negocio con Corredera, mediante el cual el colono se mantenía como propietario de la cueva, pero vendería las instalaciones a la nueva empresa, recibiendo a cambio una bonificación del 10 % de las ganancias netas.

Finalmente, a mediados de 1958 los norteamericanos oficializaron en Chicago The Cuban Gung Bat Company con oficinas comerciales al sur de los EE.UU, iniciándose una fructífera industria extractora desde Camagüey, empresa que por cierto, ya a esas alturas, no iba a tener mucho futuro dada la situación política del país.

DE LOS PRIMEROS EFECTOS DEL BLOQUEO CONTRA CUBA

Luego del 1ro. de enero de 1959, y designado el Dr. Antonio Núñez Jiménez, como director Ejecutivo del Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA), Silva le propuso nacionalizar los depósitos de guano y propiciar la participación del Estado junto a la firma norteamericana en su explotación.

Realizadas las consultas de rigor al gobierno cubano le interesó el negocio tanto como a la firma comercial, por lo que luego de algunos acuerdos, el 15 de junio de 1959 se constituyó, apenas un mes después de proclamada la Ley de Reforma Agraria, la primera empresa mixta estatal-privada de la Revolución, con el nombre de Empresa Cubana de Guano de Murciélago S.A, cuyo representante en la provincia fue José Manuel Guarch, presidente del Grupo Espeleológico Yarabey.

En poco tiempo se manifestó el éxito del nuevo abono orgánico extraído de la cueva del Círculo, comercializándose en cajas de una libra al precio de 0.69 centavos; fue tanta la demanda entre los pequeños agricultores y jardineros del sur de los EE.UU. que con el primer envío se pagó la inversión inicial.

Mientras y para ampliar las posibilidades del comercio de abono orgánico, el 23 de septiembre el INRA creó la Oficina de Guano de Murciélago y Tierras de Cavernas. La Resolución 32 con esa fecha señala en uno de sus por cuantos:

“El INRA tiene celebrada con la compañía de Guano de Murciélago S.A. un contrato en virtud del cual el INRA se obliga o compromete a la extracción del guano de murciélago y tierra de cavernas contenido en los depósitos y yacimientos existentes, cuyos materiales serán procesados por la citada Compañía Anónima para abastecer al mercado nacional y las solicitudes del mercado extranjero”.

El 2 de octubre se dictaron normas para la explotación de los yacimientos de guano de murciélago o tierras de cavernas señalando el Artículo 1 de la Ley No. 535, aparecida en la Gaceta Oficial el día 5 del propio mes: “Se declara de utilidad pública y necesidad social la explotación de los depósitos y yacimientos de guano de murciélago y de los materiales de la sedimentación de origen orgánico e inorgánico, conocido comúnmente con el nombre de tierra de cavernas y, en consecuencia, se suspenden los permisos, autorizaciones o concesiones otorgadas a personas naturales o jurídicas para esas explotaciones”.

En ese mismo mes la institución fue adscrita al Departamento de Industrias del INRA, atendido por el Comandante Ernesto Guevara. Sobre aquellos momentos Silva recuerda: “El guano de murciélago camagüeyano barrió con la competencia de otras 20 empresas de abono, tanto del propio Estados Unidos como de otros países. En poco tiempo, y con las primeras 100 000 toneladas obtenidas en El Círculo, el ingreso de las exportaciones permitió ampliar el negocio, explorándose otros yacimientos en las cuevas de Punta Caguanes y Punta Judas, en la costa norte de la actual provincia de Sancti Spíritus, construyéndose además el motel Las Cuevas, en Trinidad”.

Sin embargo, al percibir la marcha que seguía la Revolución, el gobierno yanqui comenzó a entorpecer la economía de Cuba. En junio de 1960, mientras las relaciones entre los dos países se deterioraba por horas, y coincidiendo con la creación de la Empresa de Guano de Murciélago, la Administración estadounidense comenzó a propagar una campaña de desprestigio contra los productos cubanos, en la que sumó a este e incitaron a limitar su compra o prohibir su uso. Se dijo que estaba contaminado o supuestamente dañado por productos químicos para obstaculizar los embarques y se amenazó a los empresarios con suspenderles sus licencias comerciales.

En ese propio junio el gobierno yanqui despojó a Cuba de su cuota azucarera, y en agosto, nuestro país respondió con la nacionalización de todas las empresas extranjeras en una lista donde figuraron 36 centrales azucareros norteamericanos. La Empresa de Guano de Murciélago no podía estar al margen y Mr. Arvey decidió abandonar el negocio y cerrar sus oficinas comerciales, determinación que adoptó justo cuando en los muelles de Miami se encontraba el mayor cargamento exportado hasta entonces desde las cuevas cubanas; por supuesto ese envío jamás fue pagado.

El 3 de enero de 1961, se derrumbaron las relaciones entre los dos países. Para buscar una alternativa al comercio del guano, empresa de la que dependían decenas de trabajadores, el INRA estableció negociaciones con las cooperativas campesinas agrupadas en la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños para la venta del producto en esas pequeñas fincas y parcelas productivas.

En la tarde del 13 de octubre, a su regreso a Camagüey, el Che se reunía en el teatro José Luis Tasende con dirigentes sindicales. Evocó la experiencia vivida en su andar por la cueva y reiteró la necesidad de atender a los trabajadores, cualquiera que fuera la labor que le toque desempeñar, de aprovechar la energía humana y promover el estudio como una obligación diaria.

Algunas formas de usar el guano:

  1. Como fertilizante.

  2. Como constructor de suelos: mejora la textura y riqueza.

  3. Para tratamiento de césped: promueve el desarrollo y le da color saludable.

  4. Como limpiador de suelo: microbios bioremediantes ayudan a limpiar residuos tóxicos.

  5. Como Fungicida: combate los hongos en tratamientos foliares.

  6. Como nematicida: microbios descomponedores ayudan a controlar los nematodes.

  7. Como activador del compost: microbios descomponedores dinamizan los procesos de compostaje.