CAMAGÜEY.- A la Empresa Correos de Cuba en Camagüey el ordenamiento monetario le ha puesto a prueba la capacidad de resistencia. Los precios de sus servicios aumentaron muy poco y sus gastos crecieron considerablemente, sobre todo el combustible, que ahora tienen que adquirirlo a 14 pesos; igual sucedió con la electricidad y el agua.
Por mucho que se apele a la eficiencia empresarial, nuestros empresarios no son magos y ese ejemplo se multiplica en varias entidades del territorio que hoy están en números rojos.
Veamos qué dice la ciencia. El Dr. C. Antonio Sánchez Batista, con vasta experiencia en la línea de los costos y la contabilidad, aseguró que la tarea comenzó a organizarse en 2012.
“Se tomaron medidas como la emisión de billetes de alta denominación y la impartición de cursos sobre temáticas como formación de precios, pero a mi juicio hubo lentitud en el proceso. Hace tres años era también muy necesario y la economía estaba en mejores condiciones para asumir un impacto violento como el que tuvo”.
En 2018, el Ministerio de Finanzas y Precios dictó una resolución indicando a las empresas y a las entidades presupuestadas que diseñaran sistemas de costos para que conocieran realmente cuánto les costaban sus producciones. En 2019 la Universidad, agregó Sánchez Batista, impartió dos cursos sobre el tema, mas no se cumplió la orientación y “esto las puso en desventaja para asumir el ordenamiento”.
Entre los elementos del mencionado sistema está la planificación del costo que permite saber, componente por componente, cuánto cuesta el producto. También da la posibilidad de comparar los gastos, teniendo en cuenta la calidad; pero casi nada de esto tenían la mayoría de las empresas de la provincia en enero de 2021. Otras vivían de los subsidios del Estado y ahora tienen que ser eficientes en las nuevas condiciones, sin las ventajas que estos proporcionan.
Hoy estamos claros, quizá más que ocho meses atrás, de que la clave radica en controlar la inflación, que no se vaya de las manos, en lo cual los precios estatales tienen una considerable incidencia, pero es un secreto a voces que muchas entidades esconden en ellos su ineficiencia. Además, ha habido improvisaciones imperdonables.
Según Joel Corpas Rodríguez, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Camaguey Ignacio Agramonte Loynaz y miembro de la Comisión Provincial de Implementación de la Tarea Ordenamiento, “en los territorios los precios se analizaron parcializados, los de la Agricultura por un lado y los de Transporte por el otro, no se vieron en su conjunto como funciona en la vida económica real, que uno define el otro”.
Como cada cual subió por su parte, no da la cuenta.
A ocho meses de iniciado el proceso todos sabemos que es muy complejo, inacabado y dinámico; que ha rescatado la necesidad de trabajar y un grupo de personas se ha reincorporado al empleo, pero pudieran ser muchos más si el sistema empresarial hubiera creado con agilidad nuevos puestos productivos.
Sumado a esto hay una mayor circulación monetaria en manos de la población y un grupo de inescrupulosos se aprovecha, multiplicando por cinco, seis, siete veces y más el valor de un producto. La solución estaría en un mecanismo en el que el precio sea el mismo, lo venda un particular o una entidad estatal, pues el pueblo no tiene por qué sufrir la ineficiencia o las diferencias en las vías de comercialización.
Foto: Orlando Durán Hernández/ Adelante/ Archivo
Por ejemplo, el carretillero debería vender lo que haya buscado donde mismo lo hizo Acopio, y no con el “derecho” de incrementarle el 30 % a lo que este comercializa; de lo contrario, no hay manera de controlar la inflación. Lamentablemente, sucede que se levantan más temprano que el resto y compran lo que quienes trabajan no pueden.
Volviendo al sistema empresarial, la mayoría no entendió lo que le venía encima, no hubo pensamiento estratégico y reaccionó tarde.
Afortunadamente, buenos empresarios rompieron la inercia y buscan contra viento y marea hacer eficiente su pedacito; otros del sector presupuestado encuentran maneras de ingresar más y no ser solo un gasto.
Allí está la esencia, en que el sistema empresarial aproveche las aperturas de los últimos tiempos y se convierta en verdad en el motor impulsor de la economía. Resulta complejo, más después de años de subsidios y paños tibios con los ineficientes, pero la concepción del modelo económico coloca a la empresa estatal socialista como principal fuente de producción de riquezas para el pueblo, y en esa misión no le está permitido fallar.