CAMAGÜEY.- Jugaron a hacer una versión policíaca del cuento de la Caperucita Roja, y escribieron con ocurrencias de adolescentes la mañana en la Carpa de la Reina.

Fue Luis Álvarez el promotor de esa idea, como parte de un diálogo siempre fecundo con alguien que sabe motivar a los demás.

¿Para qué sirve la lectura?, se preguntó como si estuviera retratando la pregunta en el rostro de aquellos chicos que estudian en el mismo edificio donde él aprendió.

Entre un cuento y otro, como suele poner los ejemplos para revelar las causas de las cosas, se encargó de sembrar la duda.

Había que ver la reacción de los muchachos del preuniversitario Álvaro Morell al enterarse de su primer derecho referido a no leer lo que no quiere.

En ese momento aprovechó para afirmar su encanto por las novelas detectivescas, no así por las de ciencia ficción.

Luis Álvarez ganó el Premio Nacional de Literatura 2017, pero no anda con aires de superioridad.

Hoy en la Carpa fue tan llano, que casi todo el público, para no pecar de absoluta, salió creyéndose la persona más importante del mundo.

Si la lectura significa descifrar enigmas, si es uno de los mayores actos de libertad y si son los lectores quienes completan los textos por escritura colaborativa, es verdad, hay mucha razón para creerse necesario.

"Cada época lee según sus espejuelos", ha dicho Luis Álvarez en Camagüey, en su invitación a la aventura de resolver las trampas secretas de los libros.

Excelente el espacio de la Asociación Hermanos Saíz dentro de la Feria del Libro. La Carpa convida a leer y ayuda a crecer.