CAMAGÜEY.- Las confluencias de la música trovadoresca con la declamación poética, pueden transformar cualquier noche en una agradable ocasión. Este 12 de agosto, ocurrió la simbiosis musical frente a la escalinata del Instituto Preuniversitario Álvaro Morell, organizado por la Asociación Hermanos Saíz (AHS), de Camagüey, a propósito de la XVI edición de la Cruzada Literaria. Otra enorme razón: la bienvenida, justo a las 12:00 de la noche, del cumpleaños 93 del Líder Histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
A la espera del aniversario el público asistente, integrado en mayor medida por los “cruzados” y jóvenes de distintas procedencias, escucharon la obra de artistas de la provincia y de otras regiones del país. Guitarra en mano e inspiración al filo de la garganta, las voces de cantantes como Harold Díaz, Iraida William y Freddy Laffita, se ajustaron a los latidos del amor, la amistad, la soledad, a los versos de José Martí y la picaresca. Fue, sin dudas, una oportunidad para aplaudir y admirar el talento, de hacedores poco conocidos o promovidos en esta tierra y en la nación.
“Tenemos el compromiso de convertirnos en una vanguardia importante que se encuentre en todos los procesos de desarrollo de Cuba. Esa es la herencia que el Comandante en Jefe ha dejado, como creador de la Asociación, en el año 1986, y ahora nos corresponde ser consecuentes con sus ideales”, afirmó el presidente de la AHS, de esta región, Ihordan Torres Hernández, seguro de que el futuro se encuentra en buenas manos.
Los escritores, también protagonistas de la gala, secundaron a los trovadores con sus poemas. Detrás de cada lectura, una ovación. Y la audiencia no exageró porque el oído se contenta cuando lo endulza la belleza. Desde la destreza rítmica de Evelin Queipo Balbuena hasta los rejuegos con los pequeños detalles de la naturaleza, exhibidos por Lourdes María Mazorra López, reciente ganadora del Premio Celestino, enlazaron la atención de las personas. Las pasiones carnales insertadas en la métrica, una ingeniosa alegoría a la pelota cubana y la narración de una fábula, aumentaron la degustación del excelente menú artístico.
En los instantes finales del encuentro, una de las coordinadoras de la Cruzada Literaria, Yoandra Santana Perdomo, expresó a nombre de sus integrantes el agradecimiento a las autoridades del Partido y del Gobierno por apoyar esa iniciativa y confiar en su labor. Luego, el grupo Rumbatá tocó uno de los emblemáticos temas de Silvio Rodríguez. La pieza, adaptada al oficio rumbero del conjunto, hizo que los presentes sacudieran brazos y caderas al compás de los pensamientos de El Necio.
Al llegar las 12:00, se entonó el Himno Nacional como tributo a Fidel, un hombre que reconoció en la cultura la esencia de un pueblo. Frente a la escalinata del “Álvaro Morell”, todos vivieron la evidencia de su obra.