CAMAGÜEY.- Invitada por segunda vez a la peña Sóngoro cosongo de Jesús Aismar Zamora, la escritora Yoandra Santana Perdomo rompió el falso mito que la encierra.

"Yo también hago sonetos y décimas. Si lo permiten, traigo para leer", dijo con sonriente agudeza, porque la tienen sólo como narradora, dramaturga y autora de poemas largos. Compartió el soneto Pena honda, a partir de un verso de Alí Primera, uno de los cultores esenciales del alma trovadoresca en Latinoamérica.

Durante la pandemia de COVID-19 escribió cuatro cuadernos, entre estos, Levedad del ser, compuesto por haikus y epigramas. Leyó varios.

Esa anécdota de la etiqueta me recordó el diálogo con Obdulio Fenelo en medio de una Feria del Libro. Entre el público del Casino Campestre andaban como desconocidos los escritores camagüeyanos porque no había una pancarta al menos con su foto y su nombre.

Por muchas acciones que ha emprendido el Centro Provincial del Libro y la Literatura en Camagüey, falta ese catálogo público, igual que falta la estrategia de promoción para sorprender a los autores con sus aniversarios entrañables, como son los cumpleaños de sus libros.

Este año Zamora celebra los 15 de su primer poemario y Yoandra cuenta dos décadas de El diario de Morgana (el suyo de narrativa favorito para Zamora) que le valió el Premio de Escritor novel de la Feria de Santiago de Cuba y del que dejó fuera varios cuentos, aún inéditos.

"Soy frenética revisando", pues se toma su tiempo para la decisión de publicar, aunque recomienda el rescate de iniciativas retadoras y funcionales, al menos en aquel momento, como la beca Silvestre de Balboa del Centro del Libro. De ahí salió en el 2011 el cuento-novela Avenida Central. Está digital en Cubaliteraria. Portal de la Literatura Cubana

El intercambio motivó el recordatorio de Silencio para los muertos, de dos monólogos para teatro, merecedor del primer Premio Puerta de Papel entregado a publicación hecha de Camagüey.

El recuento fue más atrás, específicamente al cuaderno Yo soy el otoño (1992): "A veces lo leo y me conmueve esa etapa universitaria por lo que uno piensa más que por lo que uno dice".

Revisitar su temprana juventud devino pretexto para ponderar el poemario Cerebro y corazón, del Nicolás Guillén veinteañero, recientemente publicado por la Editorial Ácana Camaguey Cuba, con el mérito de sacarlo a la luz como volumen autónomo.

Difundir la vida y la obra del Poeta Nacional de Cuba ahora ocupa su mayor tiempo, debido a la responsabilidad como presidenta de la Fundación Nicolás Guillén en Camagüey.

"Es hermoso presentar la vida de un hombre tan intensa", enfatizó luego de señalar el desconocimiento acerca de Guillén o de quienes lo conocen raramente.

Yoandra considera Cerebro y corazón un libro con un gran potencial de lectores entre los jóvenes. Por ahí enfoca las aspiraciones de su Fundación, como también de un programa efectivo en contra de la discriminación racial y de un programa sociocultural de transformación verdadera en las comunidades. En este punto anunció para 2024 un Festival Internacional de Poesía.

Zamora logra que cada edición se parezca a la persona invitada. A Yoandra lo une la gratitud por cada espacio brindado en la Cruzada Literaria. Por ese evento caminó la geografía camagüeyana y llegó más allá a través de los cubanos conocidos en esas andanzas. De los 20 años de la Cruzada, Zamora ha recorrido unos 15.

Yoandra fue la segunda invitada de Sóngoro cosongo, cuando surgió en el año 2020 en la librería Ateneo Vietnam. Hoy fue presentada en versos que combinaron los títulos de sus libros y las virtudes con la capacidad para aunar colectividades. Recibió el amigurumi de la buena suerte tejido por Marlene Zayas Mesa. Este obsequio y el regalo de libros al público destacan entre los detalles de exclusividad de la peña.

Estuvo el trovador Antonio Batista, la voz que tampoco puede faltar. Él también elige el repertorio para cada ocasión. Esta tarde abrió con Las principeñas, reservó otro momento para Si la palabra es... y cerró con el poema guilleniano De qué callada manera...

Insiste Zamora en que Sóngoro cosongo sea un espacio para que el invitado se sienta bien. Yo diría más. Segundo y cuarto viernes de cada mes invitados y públicos pasan un rato muy bueno, por la afabilidad de los anfitriones y la oportunidad de tener un espacio fijo donde la literatura es un gran pretexto para escucharnos, hablarnos, soñarnos y hacernos personas mejores.

Esta tarde nos llevamos a casa, por cortesía de la peña, un ejemplar de Cerebro y corazón. El libro está disponible en las librerías camagüeyanas. De ahí transcribo el siguiente poema del joven Guillén:

PALABRAS FUNDAMENTALES

Haz que tu vida sea

campana que repique

o surco en que florezca y fructifique

el árbol luminoso de la idea.

Alza tu voz sobre la voz sin nombre

de todos los demás, y haz que se vea

junto al poeta, el hombre.

Llena todo tu espíritu de lumbre;

busca el empinamiento de la cumbre,

y si el sostén nudoso de tu báculo

encuentra algún obstáculo a tu intento,

¡sacude el ala del atrevimiento

ante el atrevimiento del obstáculo!