No sé por qué, entre tantos, me asaltan esos dos recuerdos. Quizás porque nunca he sido más fuerte que cuando me has necesitado, cuando has dependido de las fuerzas de mamá. Lo contado es lo que vuelve, en imágenes, recurrentemente, esos momentos clímax, de dolor y cansancio, y también de fuerza. Pero con los recuerdos, me vuelve la certeza: al final, las dos veces, vencimos juntas.