El sol de la tarde abrasaba las calles y los monumentos. La fila se alargaba como una serpiente dorada, y los termómetros marcaban 35 grados. En realidad, nos parecía más alta. A pesar de eso decidimos ir ayer, 25 de julio. No cayó ni lunes ni viernes, pero Madrid celebraba el Día de Santiago Apóstol, el patrón de España.