La Charolina parió cuatro terneros, ¡cuatro!, un número de hijos inusual para una vaca, diseñada genéticamente para parir uno. “Carlitos (Carlos Cabrera) pensaba que traía mellizos porque él la conoce bien y tenía la barriga grande, fue una vaca nacida y criada en la CPA y la única de raza Charol, color amarillo plateado, es inconfundible”, comentó Omar Ricardo, presidente de la CPA Jesús Suárez Gayol.