No lo encontramos por casualidad. Íbamos buscándolo. Queríamos hacerle un regalo a un amigo: un sabor, una imagen, una cerveza de esas que toman valor de recuerdo cuando uno vive lejos. Sabíamos que allí vendían Cristal —o Palma Cristal, como figura en la etiqueta— y Cubanero, que no es otro que el viejo Bucanero, solo que con nombre adaptado a las latitudes del mercado. Aun así, los colores, el diseño, el tono dorado de la lata: todo sigue sabiendo a Cuba.