Cuando el Coro Vocal Desandann entonó “Kote moun yo” (¿Dónde está la gente?), Viengsay Valdés, la primera bailarina y directora general del Ballet Nacional de Cuba, se entregó al llamado del ritmo haitiano, con movimientos que evocaban una conexión profunda con sus raíces. En ese instante, la artista no solo era una figura de la danza clásica, sino un puente vivo entre la tradición y la modernidad, entre la técnica depurada y la expresión visceral del baile popular.