CAMAGÜEY.- “La Actaf (Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales) nos sacó del anonimato, pues a través de ella la finca mostró lo que hacía en la participación en diferentes eventos, en el intercambio con otros campesinos para coger experiencia. Tiene una gran importancia por las enseñanzas técnicas que trasmite, por el manejo agroecológico, por el espacio que nos brinda para presentar los trabajos que hacemos y porque nos valora”.

Así felicita y agradece a esta organización que celebra sus 35 años Guillermo Villavicencio Flores, un pequeño agricultor, apicultor y escritor con interesantes proyectos, responsable de la finca El Asiento en el kilómetro 44 de la carretera de Santa Cruz del Sur.

Con tales incentivos, sus directivos mantienen el compromiso de los creadores: trabajar por una agricultura sobre bases agroecológicas en armonía con la naturaleza y la sociedad, como lo ratificaron hoy durante la primera actividad dedicada a este aniversario, cuyo programa incluye el proceso asambleario de base, recorridos sistemáticos por los municipios, entrega de reconocimientos, coauspicio al Primer Festival ConCiertoverdor.avi, generación de bibliografía técnica e informativa, entre otras.

Esta asociación, que ganó prestigio a nivel internacional al obtener en 1999 el premio The Right Livelihood Award, cuenta en territorio agramontino con 99 órganos de base donde se agrupan 1 353 asociados, además de 188 socios institucionales y 66 personales. A continuación sus voces:

LA ESCUELA DE LA AGRICULTURA CUBANA

Fotos: Yoel Benítez  Fonseca/ AdelanteFotos: Yoel Benítez Fonseca/ Adelante“Estos 35 años marcan la mayoría de edad de la Actaf, porque en mi consideración es la escuela de la agricultura cubana”, comentó a Adelante Heriberto Medina Pérez, uno de los asociados que ocupó responsabilidades en la dirección provincial y actualmente labora en el Parque Botánico, quien se refirió a algunos de los logros de la organización.

“Significan un salto cualitativo y cuantitativo en la formación de las nuevas generaciones a través del grupo de agroecólogos, en la capacitación de sus miembros y de las instituciones del sistema de la agricultura en Camagüey (que son más de 40) y la Actaf ha ido a capacitar y a formar a los técnicos y especialistas de esas instituciones.

“Podemos subrayar cómo una de las principales líneas de trabajo la ha convertido en una institución insigne en la comunicación, como nos reconocieron y todavía se mantiene, y eso ha hecho que se reconozca su imagen a través del concurso Conciencia Verde, una producción de nuestra provincia que se hizo nacional y está dirigido a la formación de los niños y las niñas.

“También se ha destacado en la formulación de proyectos de colaboración internacional que si no han solucionado el problema de la alimentación, han contribuido a la adquisición de productos y tecnologías para que los campesinos produzcan desde una mirada agroecológica y que la población consuma alimentos sin toxinas”.

CAPACITADORES Y EXTENSIONISTAS POR EXCELENCIA

“La Actaf vino a aglutinar a todos los técnicos agrícolas y forestales, tuvo una función organizativa de agruparnos en una organización que no existía”, explicó Jakelín Carmenates Basulto, subdelegada agrícola de la Delegación Provincial de la Agricultura.

“Me integré a través de la formación de la organización de base en la Biofábrica, más conocida como el laboratorio de cultivo in vitro, donde trabajaba. Allí desarrollábamos el día de la técnica todos los meses con capacitaciones sobre los factores limitantes e invitábamos a todo el colectivo, y fomentamos una cultura sobre la base de la ciencia, la técnica y la agroecología para hacer una agricultura sostenible.

-¿Cuánto cree que ha crecido?

-Ha ido ganando en organización y ha desarrollado proyectos de encadenamiento productivo que traen desarrollo a la agricultura provincial. Ahora mismo rectora Redes Irma, que ha contribuido a la producción de hortalizas de hojas fundamentalmente y a la adquisición de tecnologías como semiprotegidos.

“Es una asociación fortalecedora porque capacita para producir con medios agroecológicos, más ahora que faltan los químicos; y son los capacitadores y extensionistas por excelencia que tiene la agricultura. Dan asesoría técnica, llegan a todos los lugares especialmente al sector más vulnerable: los productores. Van productor por productor en las bases productivas, creo que eso es fundamental en estos momentos”.

JUNTOS NOS VINCULAMOS AL TRABAJO

Ignacio Corrales Garriga es investigador auxiliar del Instituto de Suelos y fue fundador de la Actaf. Sobre cómo valora la evolución de la organización nos dijo: “La asociación ha tomado un camino que es haciéndose eco del paradigma: se trabaja con agroecología y en función del encadenamiento productivo, de buscar alternativas. Actualmente tiene un equipo muy unido (y no quiero decir con eso que no lo tuviera antes), pero eso le da mucha fortaleza, pues le permite visitar a los productores y trabajar la capacitación en el terreno.

“Antes tú decías “Actaf” y te preguntaban qué era eso. Ya hoy se conoce y eso se ha logrado a través del seguimiento, de las visitas, del acompañamiento: esos son resultados de la Actaf.

“Tenemos la ventaja que como somos una institución de ciencia tenemos muchos proyectos que tributan a las publicaciones en la revista Agricultura Orgánica, de la Actaf, y juntos nos vinculamos al trabajo con los suelos bajo el paradigma de una agricultura sostenible. Ese corte agroecológico en el contexto actual de escaseces de insumos es muy importante.