CAMAGÜEY.-La Historia de Cuba que cuenta la profesora de la Universidad de Camagüey, María del Carmen Véliz Torres es diferente y virtuosa. Cuando la narra, impresiona la naturalidad de sus palabras para transformar los hechos más repasados en un manojo de nuevas sabidurías. Rehúye con maestría las linealidades del pasado y en las singularidades de los acontecimientos, desvela algunas de sus mejores armas para conquistar la atención de su audiencia.
“En mi etapa de estudiante me marcó mucho la carrera de Historiogafía, vinculada a nuestros sucesos patrios desde diferentes posiciones. La he tomado como un referente, a través del tiempo, y me ha servido para analizar los diferentes períodos desde las diversas ópticas”. En su largo andar por el magisterio no se ha ceñido a impartir su asignatura en un solo color, como expresa ella, sino en los “múltiples matices que le aporten tonos más humanos”.
Véliz Torres, graduada en la Universidad de Oriente, de Santiago de Cuba, en la carrera de Licenciatura en Historia de Cuba, enfrentó un dilema una vez que regresó a esta ciudad: “Yo me fui con la idea de prepararme, fundamentalmente, como investigadora. Al volver a Camagüey me ubicaron en la Escuela Vocacional Máximo Gómez Báez y, en los primeros momentos, no sabía ni cómo empezar el turno. Pero de manera paulatina, gradual, incorporé técnicas de docencia y una metodología con la que mis alumnos aprendieron. En esa institución entrené también a varios muchachos que concursaron en eventos nacionales y, a la vez, me fui retroalimentando en el proceso”.
La voz de María del Carmen es pausada y equilibrada por naturaleza. Cuando habla de la historia de su nación, se escucha más tranquila que de costumbre. Transmite seguridad, como si el conversar del tema resultara una cobija para el alma. “Es mi vida, la estudié por elección y no puedo dejar de ser historiadora en ningún lado. La llevo conmigo como una herramienta esencial para ayudar a construir mi país”. En la casa de altos estudios de esta provincia, hace realidad ese criterio.
“En los inicios di clases no solo en la carrera, sino también en Informática, Arquitectura, Ingeniería Civil, Estudios Socioculturales… y eso me hizo pensar que esa asignatura no puede ser estática y debe adaptarse al perfil del estudiante. Necesitamos que la reciban de una manera más digerible, por ejemplo, al ingeniero eléctrico le interesaría, quizá, profundizar más en la intervención de Guiteras en la Compañía de Electricidad”.
La tesis de doctorado de Veliz se relacionó con la metodología socioidentitaria para la inserción de la historia local en el conocimiento de la nacional. Y esa perspectiva la aplica con su alumnado porque “una de las dificultades de los programas de estudios actuales, desde la primaria hasta la Universidad, es la ausencia de información sobre el territorio donde vivimos, de sus sitios emblemáticos, de nuestros próceres. Hay que lograr que los muchachos amen todo ese mundo que los rodea”.
Para la historiadora resulta imprescindible beber de la vida meritoria, además de héroes como Ignacio Agramonte, de otros notables camagüeyanos como Salvador Cisneros Betancourt: “él poseía el titulo de Marqués de Santa Lucía, numerosas extensiones de tierras, una economía envidiable y las facilidades de cualquier hombre rico de la época. Sin embargo, cambió aquellas riquezas por la lucha por la independencia de su Patria, en la manigua, y también desempeñó un rol primordial durante los años iniciales de la República Neocolonial.
"Una de las maneras más factibles para acercar estas figuras a los jóvenes es mostrándolas como seres con virtudes y defectos, no como gente inmaculada. Hay que analizarlas en el contexto en el que vivieron, llenos de contradicciones y permeados por la ideología de la propia época. Sin dudas, somos fruto del tiempo que vivimos y quienes nos antecedieron no fueron la excepción”.
Uno de los recuerdos más latientes de la profesora viene de un antiguo estudiante: “Él me escribió días atrás, en Facebook, y me dijo que no olvidaba cómo yo llenaba las pizarras de garabatos y de esquemas con tal de que aprendieran la lección”. Y es que esta mujer de probada sencillez, sabe que el volver a nuestras memorias requieren de un esfuerzo sobrehumano, si se desea preservar la identidad y la soberanía de un pueblo. Si se desea convertir en el mejor refugio para defender la Revolución.