CAMAGÜEY.- ¡Qué clase de personaje es Ladislao! Jaranero, locuaz y ocurrente son tres cualidades que no pueden faltar en la caracterización de este guajiro de cuerpo y alma. Habla de lo suyo como quien cuenta una historia. Nunca se cansa de conversar, y con esa práctica ha desarrollado impresionantes cualidades histriónicas.
“Allá en la loma de Urabo, al norte del municipio de Florida, en este extenso Camagüey, nací el 27 de junio de 1947. Todos los años de mi vida –y pocos no son– los he dedicado a la tierra. Me declaro amante y conservador de la naturaleza, martiano consagrado y un aldeano vanidoso, pues creo que mi aldea es el mejor lugar del mundo”.
La vocación juglaresca de Ladislao García Acosta le ha facilitado su labor como capacitador y facilitador del movimiento agroecológico De Campesino a Campesino en la cooperativa de créditos y servicios (CCS) José Antonio Echeverría.
“Me gusta ir por las fincas a explicar y a demostrar los buenos resultados que pueden obtener si aplican la agroecología. Personalmente puedo tener éxitos, pero uno no triunfa en la vida tipo llanero solitario y menos en estos tiempos. Por eso se necesita la colaboración, la participación, el trabajo colectivo, por eso salgo a compartir lo aprendido.
“En mi CCS se trabaja mucho la capacitación. Nos dedicamos a la ganadería fundamentalmente y ahora estamos trabajando en incorporar plantas proteicas a la alimentación animal, el silvopastoreo, aprovechar la materia orgánica, y en utilizar los desechos de la caña y el arroz para la elaboración de heno en la sequía.
“Nosotros podemos cambiar la cara de nuestra ganadería con la agroecología, y sin traer nada del exterior, eso se lo aseguro. Los campesinos deben entender la necesidad de sembrar más postes vivos en las cercas para darles sombra a los animales y fomentar las plantas proteicas. Ya no se puede criar el ganado de forma extensiva, ha de ser intensiva y así producen más. Los camagüeyanos, sin la leche de vaca, no podemos vivir. Vaya, podemos decir que ellas son nuestra segunda madre”.
Este floridano “sabichoso” de la natura habla con misticismo de las influencias de las fases de la luna en los cultivos y de las mañas de cómo cortar el cangre de yuca o el bejuco de boniato para lograr mejores rendimientos. Él tiene una certeza: “El guajiro es el verdadero científico de la tierra, porque vive en ella. Los demás solo están aprendiendo. Hay secretos de la naturaleza que no los saben los investigadores, pero sí los campesinos”.