CAMAGÜEY.- Quizá ahora, en estos Juegos Escolares Nacionales, hubiera hecho muchas cosas distintas, mas, confieso que entonces como adolescente pensaba muy nervioso en Fidel, tan próximo a nosotros. Gracias a la Revolución era la segunda ocasión que tenía para visitar la capital.

La primera vez que vi al Líder fue en la inmensa Plaza de la Revolución José Martí cuando finalizó la Campaña de Alfabetización y todos le dijimos “dinos, Fidel, que otra cosa debemos hacer”.

Estaba aquel día de competencia, muy nervioso, preocupado, por lo grande que eran los tenis,y lo ancho que me quedaban el short y la camiseta, pues como todo fue muy apresurado mi mamá se atrevió, aunque no era costurera ni tenía máquina de coser, a ajustar a mano las piezas.

Me embargaba la experiencia anterior de cruzar, casi corriendo, las anchas avenidas de automóviles veloces, sin poder disfrutar de la belleza habanera con sus “infinitas” y diversas edificaciones. Pensaba en todas esas cosas aquel día en la Ciudad Deportiva, cuya cancha de la Mariposa fue el escenario de mis juegos.

Las competencias de atletismo fueron en el estadio Pedro Marrero donde vi, por vez primera, correr como un bólido a Hermes Rodríguez, representando a los becarios cubanos. A los del voleibol nos albergaron, por suerte, en el tecnológico Hermanos Gómez, antigua escuela religiosa Belén donde estudió Fidel.

El Comandante en Jefe, fue, además de un estudiante con notas sobresalientes, un destacado deportista en natación, ajedrez, fútbol, béisbol y baloncesto. Allí nos enteramos que una vez quiso, y le concedieron la oportunidad, de una luz en el área deportiva para hacer tiros al aro de noche y logró, por su perseverancia, destacarse en baloncesto también. Por eso siempre pidió a los escolares ser buenos estudiantes, deportistas y revolucionarios, porque siempre predicó con el ejemplo.

El equipo de voleibol estaba integrado, en su mayoría, por buenos jugadores de la ciudad escolar Ignacio Agramonte, primer cuartel de Camagüey convertido en escuela.    Ricardo “Pin”Saavedra Jiménez, Raúl Ortega, Alberto Fernández, todos guiados por el insistente DT, Roberto Ponce Puentes. Además, llevó a los primeros juegos una selección provincial, integrada entre otros por Kike, Simón, el “Mono zurdo Dorta”. Procedíamos de todas partes de la extensa provincia de Camagüey.

En la ciudad escolar también tuvimos a Fidel Estrada, el profesor de Educación Física, medallista centroamericano en el lanzamiento de la bala. Estrada decía, que ser buen estudiante y deportista eran los requisitos para merecer buena puntuación en su recia asignatura.

El voleibol escolar de entonces,--cuando el saque más perfecto era floting de frente o de espalda para encajarla en las zonas 2 o 6 y el recibo era voleando a mano limpia, sin cargar ni dirigir la bola, algo que los árbitros cantaban mucho--, era menos rápido que ahora y muy difícil. Además con la net por debajo a los ocho metros,excepto Feliciano, muy pocos podían devolver la bola pegándole fuerte. En este deporte Camagüey también se destacó con el equipo de Esmeralda, compuesto,entre otros, por los hermanos Orlando y Osvaldo Samuel.

A Osvaldo Samuel lo conocí como recluta del servicio militar en la DAAFAR centro, con él “revivimos” el voleibol allí, ya en esa fecha se podía recibir y pasar desde abajo y yo le pasaba elevado como quiera y él remataba con fortaleza aterradora. Le decían “Pinilla” y después formó un buen team, donde estuvo el floridano Anselmo Hernández, un pelotero destacado del equipo Camagüey.

A la distancia del tiempo, estos juegos escolares son el renacer de nuevos y mejores campeones de una generación mucho más preparada que la nuestra, gracias a la Revolución y al deportista mayor, Fidel.