CAMAGÜEY.- Después de tantas películas de Hollywood empeñadas en demostrar que Rusia es el enemigo común de Occidente, con una guerra simbólica continuada aun después de la desintegración de las repúblicas soviéticas, es muy fácil para los medios occidentales presentar a su favor el conflicto generado en Ucrania.
Se trata de una pugna que no tiene una semana como también se han empeñado en hacer creer, sino que viene desde el 2014 cuando el ejército ucraniano comenzó a bombardear poblaciones civiles en Donetsk y Luhansk, luego de que estas mostraran su interés en separarse de Ucrania.
Estamos en presencia de lo que es probablemente el suceso militar que tendrá mayor impacto en el ámbito político internacional después de la Segunda Guerra Mundial, incluso algunos expertos aseguran que estamos asistiendo al inicio de otra confrontación universal.
En esas condiciones, las grandes corporaciones de la información construyen el discurso que presenta a Rusia como el agresor, sin embargo obvian las causas del fenómeno que incluyen un continuo acercamiento de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia las fronteras rusas.
La manipulación ha llegado a tal punto que hasta federaciones mundiales de deportes han excluido a Rusia de sus competiciones, como acaban de hacer la FIFA y la UEFA, a las que sería bueno preguntarles por qué no han hecho lo mismo con Israel o Estados Unidos, expertos mundiales en intervenciones militares.
La hipocresía ha llegado a tanto que cuando Kanouté apoyó a Palestina tras los bombardeos israelíes, el mundo del fútbol gritó falta, el jugador fue sancionado y la FIFA recordó su prohibición de mensajes políticos durante los partidos.
Estados Unidos y la OTAN, en 1999, lanzaron una agresión de gran envergadura contra Yugoslavia, país europeo que fragmentaron, con un alto costo en vidas, en función de sus objetivos geopolíticos, desconociendo la Carta de la ONU y nadie los sancionó. Mucho menos denunciaron cuando el gobierno ucraniano le cortó el agua a Crimea, dejando como única vía de acceder al agua potable la que llegaba en los barcos rusos.
¿Por qué Ucrania? La estrategia hegemónica estadounidense incluye imponer su visión del mundo en el espacio y los procesos de transición postsoviéticos de los que Ucrania es parte. Para lograrlo resulta vital crear inestabilidad y mantener la sensación de peligro de que Rusia existe. Además, con la situación interna ucraniana fue factible echar leña al fuego, pues existen más de 120 nacionalidades, al ser un país formado geográficamente con parte de otros, con contradicciones étnicas muy fuertes. Su región occidental es pobre, agrícola y aspira al apoyo de la Unión Europea, mientras que la oriental sabe que tal entrada representaría destruir su parque tecnológico, por lo que les favorece mantener las relaciones con Rusia, he aquí la base del conflicto.
Detrás del rechazo al diálogo entre ambos países hay dos motivos, uno interno y otro externo. El primero está relacionado con los grupos neonazis que apoyan al Gobierno de Zelenski y rechazan lo establecido en los acuerdos de Minsk, como dar autonomía a la región de Donbás. En el factor externo aparecen los aliados a los que tampoco les interesan dichos convenios y mucho menos frenar el conflicto, lo más conveniente para sus intereses es mantenerlo en el tiempo porque eso les ayuda en toda su estrategia de desgastar a Rusia. A la Unión Europea no le interesa mucho solucionarlo, tanto es así que impusieron sanciones contra 22 ciudadanos de Bielorrusia, precisamente el país anfitrión de las conversaciones de paz entre Moscú y Kiev.
Ambos países pierden mucho con la guerra: Ucrania quedará devastado, Rusia aislado y se estiman más de cuatro millones de desplazados ucranianos; pero sí habrá quien gane en esta historia. Otra vez EE.UU sacará provecho a sus ventas de armas, a la ruptura de los acuerdos del gasoducto con Alemania y el distanciamiento de los vínculos comerciales entre el gigante euroasiático y Europa. Para que se tenga una idea real de las ganancias de los norteamericanos hay que decir que venden el gas un 40 % más caro.
¿En qué parará esto? La confrontación entraña hacia el futuro la construcción de un nuevo orden mundial, perfilado en una alianza euroasiática. Es parte de la evolución a un sistema multipolar que deberá menguar la hegemonía internacional y acelerar la decadencia del bloque de países occidentales. De prolongarse más traerá un aumento de la inflación a nivel mundial, altos precios de recursos energéticos y materias primas como níquel y aluminio, además de que ya se ven afectaciones en el comercio. Si a esto le sumamos la situación generada por la pandemia de la COVID-19 se hace doblemente complicado superar la crisis.
Ojalá los ánimos se calmen y sea la diplomacia la solución, pues de prolongarse y sumarse mayor cantidad de países se puede llegar a la tercera guerra mundial, en la que está en riesgo hasta la supervivencia humana. También sentaría un peligroso precedente de agresiones entre estados que pone en riesgo la paz y el respeto al ya decadente orden internacional.
Desde el punto de vista mediático funcionó a la perfección el objetivo que perseguía occidente: golpear tanto al oso hasta que reaccionara para poder decir que es malo.
👻 El fantasma de Kiev "The ghost of Kyiv", la leyenda del piloto ucraniano que derribó 6 aviones rusos fue difundida por las redes oficiales del gobierno de Ukrania y del Ministerio de Defensa con imágenes de un videojuego, cientos de millones de visitas en varias plataformas. pic.twitter.com/wR01LeqThm
— Julián Macías Tovar (@JulianMaciasT) March 1, 2022
📺 Telecinco emitió en sus telediarios estas imágenes como si fueran familias ucranianas despidiéndose tras los bombardeos de Rusia del 24 de febrero.
— Julián Macías Tovar (@JulianMaciasT) February 26, 2022
La realidad es que son anteriores y ambas son familias de Donetsk evacuadas a Rusia tras ataques de Ucrania en el territorio. pic.twitter.com/Yt5OAAvmC7