CAMAGÜEY.- A Mauricio Macri, tras lo sucedido en las votaciones primarias no le quedará más deseo de mandar a dormir a los argentinos en un gesto invariable de prepotencia.
El rostro mostrado por la cadena Telesur era de espanto y de un hombre deprimido al dirigirse a la nación, donde, de hecho, reconoció la aplastante victoria de Alberto Fernández, peronista de centroizquierda.
La diferencia no es tan simple como quisieran verlo los enemigos del pueblo argentino. Fernández, quien se presenta con la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner, para optar por la vicepresidencia en los comicios del 27 de octubre, bajo la fórmula del Frente de todos, obtuvo el 47 de los votos, quince enteros por encima de Macri.
Peor no puede ser el gesto del rostro de Macri
A las urnas acudió el 75 % de los 34 millones de electores y resulta importante que, desde ahora, los argentinos abran bien sus ojos para que esa nación, con el concurso del pueblo y de los nuevos gobernantes que escalen al poder, ofrezcan un giro real hacia la democracia, que se vislumbra, aunque algunos muestren pesimismo de que no triunfe el dúo: Fernández-Fernández.
Los que siguieron de cerca la transmisión por Telesur de los acontecimientos en Buenos Aires, después de conocerse los resultados preliminares, vieron la acogida que las masas dieron al triunfo.
Sin dudas no se puede perder de vista lo dicho por Fernández: “Argentina está pariendo otro país” y hoy otra historia comienza a escribirse.
Dos caras mostró Macri. Una antes de las elecciones cuando votó en el Barrio Parque y fue a almorzar en la quinta familiar, acompañado de su esposa, y la otra, después cuando supo la derrota.
Los argentinos, de ahora en adelante, mantendrán más abiertos que nunca los ojos en contraposición con lo que pidió Macri el domingo: vayan a dormir.