CAMAGÜEY.- Otra camagüeyana fallecida a consecuencia del SARS-CoV-2 y un paciente reportado de grave es el resultado más sensible que dejan la irresponsabilidad y la indolencia de un grupo de personas que creen en el “a mí no me va a tocar”.
Este jueves el centro histórico de la ciudad amaneció como si el nuevo coronavirus fuera cosa del pasado, personas amontonadas en la Casa del Lácteo, el Banco de la Plaza de los Trabajadores, las tiendas El Encanto y ON, Doña Nely, y para qué hablar de la calle República; todo ello a pesar que de ya algunas instituciones solo están ofertando productos para llevar. Nadie exige el distanciamiento necesario y nada más se enfatiza en el uso obligatorio del nasobuco.
Mientras la provincia retrocede de la nueva normalidad, incluso varios municipios regresan a la fase dos, por superar los límites permitidos de la tasa de incidencia del virus por cada 100 000 habitantes, tal parece que la vida sigue igual.
Los 217 positivos en apenas 13 días del año 2021 —de esos 166 autóctonos— y los más de 120 activos son datos como para pensarlo a la hora de tomar riesgos innecesarios. Por solo poner un ejemplo de lo complicado de la situación epidemiológica, esta semana reportaron casos las nueve áreas de salud que tiene el municipio de Camagüey, y un día, el miércoles, hubo cinco enfermos sin fuente de infección precisada, lo cual indica que hay dispersión de la enfermedad. En esos últimos no se conoce cómo se contagiaron, lo que enciende doblemente las alertas.
Foto: Leandro Pérez Pérez /Adelante
La indolencia y la falta de sentido común no puede seguir echando por tierra los esfuerzos de la mayoría, los de un país que en menos de un año ha montado una red de 18 laboratorios de biología molecular distribuidos por casi todo el territorio nacional, invirtiendo más de 100 millones de dólares; los de una provincia que ha realizado más de 8 000 costosos exámenes de PCR en lo que va de enero, los cuales, aunque a los cubanos nos salen gratuitos, cuestan.
A esos irresponsables habrá que aplicarles medidas estrictas y las autoridades, a falta de conciencia, tendrán que velar más por el cumplimiento de las disposiciones sanitarias, sobre todo el uso del nasobuco.
Aunque hasta este viernes no se ha declarado la fase de transmisión autóctona limitada, los niveles de contagios y dispersión de la enfermedad son mucho más altos que los del brote inicial. Solamente en diciembre se detectaron más positivos de COVID-19 que los acumulados desde marzo hasta noviembre. Enero no muestra signos de mejoría, todo lo contrario, empeora por días, incluso con mayor presencia de la enfermedad en los niños y adolescentes, por lo que hay que extremar las precauciones en las casas, las escuelas y círculos infantiles.
Por muchas medidas que se tomen a nivel de país y de provincia, si cada uno de nosotros no tiene percepción del riesgo los picos de contagios que hemos visto esta semana, de más de 500 casos diarios, al nivel de países con mayor población, quedarán chiquitos.
Peligro, danger, perigo, oпасность, achtung, pericolo… en varios idiomas, por si alguien no entiende o no quiere entender el español, se percate que estamos en una situación que pone en riesgo la estabilidad de la sociedad, del país y de la vida.
Téngase en cuenta que si bien hace unos meses pasar a las fases 2 y 3 fue un logro que conseguimos con el esfuerzo de todos, ahora significa un retroceso que pudiera representar el regreso a la etapa de transmisión autóctona, las cuarentenas, un municipio, una provincia, un país, paralizados, luchando por la vida.
PRINCIPALES MEDIDAS PARA CONTENER LA COVID-19 EN CAMAGÜEY:
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