CAMAGÜEY.- Ya concluyó la primera semana de reanudado un curso singular. Tras cinco meses en casa, la escuela, a pesar de incertidumbres y cambios, vuelve a ser un lugar seguro para acoger a 115 200 niños, adolescentes y jóvenes de la provincia.
Este 1ro. de septiembre las puertas de 675 instituciones escolares abrieron bajo recias medidas higiénico-sanitarias para evitar contagios por la COVID-19. De acuerdo con Mercedes Escuredo Olazábal, directora de Educación en el territorio, la vuelta a clases ha resultado favorable. “Nuestro pueblo ha demostrado su confianza en el sector y, sobre todo, en la seguridad que ofrecemos a los estudiantes en los municipios”.
Para tranquilidad de los padres, en cada centro se garantiza el uso del nasobuco, el distanciamiento social y lavado de las manos tanto a la entrada como en baños y aulas. En ese sentido, se encuentran en proceso de montaje cerca de 180 canoas fundidas por la industria de materiales, se entregaron lavamanos nuevos y se recuperaron otros que no funcionaban.
“Ahora actualizamos las cifras de las escuelas que no cuentan con agua corriente y allí se aplican alternativas. A las que no poseían depósitos para el líquido se les entregaron tanques plásticos, y las 49 que lo reciben por pipas, tienen prioridad. Las soluciones se buscan, lo que no podemos perder es la sistematicidad y el control en el proceso”, declaró la directiva.
Con ella conocimos que en los primeros días la asistencia se comportó a un 97,5 %. De los 4 233 alumnos internos que debían reincorporarse solo faltaban 325, y de ellos 154 vuelven este fin de semana al politécnico Mario Herrero Toscano, en Nuevitas, único centro que no había logrado alistarse completamente.
Las causas de las ausencias se resumen en enfermedades, estar fuera de la provincia, y algunos con afecciones respiratorias detectadas en la pesquisa.
Referido a los uniformes, un tema de preocupación frecuente, Escuredo Olazábal confirmó que para el 5 de octubre prevén el inicio de la venta para prees-colar, quinto y séptimo grados. “Todavía no aseguramos las prendas de décimo ni de los primeros años de politécnico y escuela pedagógica. No obstante, en la medida que tengamos informaciones se darán a conocer”.
Aunque de martes a viernes se apreció la comprensión de la mayoría de los familiares ante la medida de no entrar a las áreas escolares, un grupo amplio llegó con sus hijos sin ponerse el naso-buco. Esto, alertado por los maestros, genera en el niño una contradicción y una incertidumbre entre lo que se le orienta en la escuela y lo que se hace en casa. El llamado es a cumplir con lo establecido también en la calle, solo así se evitarán rebrotes de la enfermedad.
En el caso de las graduaciones será la escuela la encargada de la organización y las fechas, de acuerdo con la culminación de estudios de los diferentes niveles educativos. Estas se realizarán por grupos y no por grados, en dependencia de los espacios físicos, pues estará el niño acompañado de algún familiar.
La directiva aclaró además que para finales de este mes está previsto el cambio de pañoletas de los pequeños de tercero para cuarto, mientras que la iniciación de los pioneros de primer grado tendrá lugar después de noviembre.
Según Mercedes Escuredo los cambios son perceptibles y puede que adaptarse no sea fácil para algunos, pero los niños y adolescentes se ven felices. “La pausa por la pandemia nos puso a prueba otra vez, y poco a poco avanzamos. Sabemos que los desafíos son grandes, pero nosotros también. Necesitamos mucho del apoyo de los adultos para completar en el hogar las actividades orientadas y confiamos en ellos porque ya se probaron como maestros todo este tiempo. A una semana de volver a las aulas vemos luces. Ahora depende de todos”.