CAMAGÜEY.- En el Hospital Psiquiátrico René Vallejo Ortiz, de esta ciudad, es intensa la vigilancia epidemiológica, por considerarse una de las instituciones de mayor riesgo en el territorio ante la incidencia de la COVID-19, enfermedad causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
Como estrategia, establecida desde antes de registrarse en Cuba la presencia del peligroso patógeno, los pacientes con un proceso respiratorio se retiran del servicio donde reciben el tratamiento, y se ubican en la sala de Medicina, acondicionada para el aislamiento.
Otra de las medidas lo es la consulta de clasificación de Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) y a quienes manifiesten síntomas se les aplican los test rápidos, los cuales facilitan el diagnóstico entre 15 y 30 minutos a partir de una muestra de sangre, e incluso aun al obtenerse un resultado negativo permanecen separados.
Así explicó a la Agencia Cubana de Noticias Frank Estenoz Pérez, director del centro, mientras enumeraba las acciones implementadas allí para garantizar la protección de los enfermos, y en aras de evitar el contagio ante la posible aparición de un caso positivo a la COVID-19.
Los nuevos ingresos a la unidad asistencial se mantienen alrededor de 14 días en uno de los dos locales habilitados para la observación detrás del Cuerpo de Urgencia Médica, y luego de transcurrido ese periodo continúan recibiendo la asistencia en el servicio correspondiente de acuerdo a su padecimiento.
Tales protocolos han posibilitado que de los más de 200 pacientes actualmente en la institución, existan menos de cinco con diagnóstico de IRA, resaltó el galeno, y comentó que está preparada también otra sala para el aislamiento, en caso de que arrojase un resultado positivo uno de esos exámenes de respuesta rápida realizados.
Especialista en Medicina General Integral y en Psiquiatría General, el doctor Estenoz Pérez especificó que hasta el momento no ha sido necesario utilizar esa otra área, y añadió que también cuentan con los recursos y medios de protección determinados para los profesionales que llegarán a desempeñarse en ese lugar.
En la entrada de cada uno de las salas existen barreras de contención con soluciones desinfectantes para el lavado de manos, además de los filtros para el calzado, sobre todo en la puerta principal, donde se les chequea la temperatura corporal a aquellos autorizados a acceder al centro.
El uso del nasobuco es obligatorio para los trabajadores del hospital, subrayó, y recordó que la mayoría de los pacientes no pueden emplearlo debido a las conductas derivadas de sus padecimientos, sin embargo, no representa un peligro para su salud pues ellos se mantienen en las salas y realizando las actividades asignadas por los terapeutas ocupacionales.
Enfrascado en velar por el cumplimiento de las medidas higiénico sanitarias, el personal de Enfermería desarrolla igualmente una función fundamental en el resguardo de los pacientes, a quienes cada día se les chequean los signos vitales y se les toma la temperatura.
Para Luis Manuel Ulloa Reyes, enfermero con 37 años de labor en el René Vallejo Ortiz, resulta importante cumplimentar cada medida para evitar la propagación del nuevo coronavirus y garantizar la calidad de vida de los asistenciados -de ellos 131 con residencia permanente-, al constituir un grupo vulnerable durante la actual contingencia epidemiológica.
A todos los ingresados se les administró el PrevengHo Vir, medicamento homeopático que fortalece el sistema inmunológico, y se les aplicará la Biomodulina T a los 73 adultos mayores que viven en el hospital, quienes son evaluados diariamente por especialistas en Geriatría, Psiquiatría y Medicina Interna.