Camagüey.- Durante la segunda mitad del siglo XIX. Y aun a principios del XX se hizo muy popular en nuestra ciudad la frase, “¡estar apijuanado!”. Estaba apijuanado el que bebía más de la cuentas, el que se pasaba de rosca en los tragos, el que empinaba el codo más de lo debido.
Sucedía entonteces que un pobre ,pero muy emprendedor vinatero catalán asentado entre nosotros, José Pijuan Ventura, fabricaba un ron y aguardiente que llevaba por etiqueta su apellido y que comenzó a disfrutar de popularidad.
Para fabricar la bebida Don José instaló en 1889 su chinchal en una reducida cochera de la calle de Los Pobres no. 143 y medio. También se las arregló para abrir un pequeño trapiche con unos cuantos tanques para fabricar algo que entonces estaba de moda en La Habana, agua gaseada o gaseosa.
Con el negocio en ascenso, el alambique fue trasladado a la calle de La Candelaria esquina Cuerno (Independencia y Manuel de Quesada) donde posteriormente existió una farmacia. A partir de allí la gaseosa Pijuan comenzó a competir con otros refrescos naturales que por entonces se fabricaban en la ciudad, pues aparte de estar bien embotellado, introducía algunas técnicas ideadas para su elaboración y las que Don José ocultaba hasta de sus propios hijos.
De La Candelaria la floreciente empresa se trasladó a la calle Mayor (Cisneros) frente al parque Agramonte, y que es la vivienda que hoy ocupa la Casa de La Trova, y como ya en 1892 la fabricaba disfrutaba de solvencia económica, se mudo para un local mayor, ahora en un edificio situado en la esquina de San Esteban y La Merced (Oscar Primelles y Lope Recio) que es el lugar donde se encuentras enclavada la tienda La Lonja.
Con la fábrica en ese sitio Pijuan instaló agencias de sus bebidas en Ciego de Ávila y Nuevitas, así como una jabonería, un tostadero de café, almacén de mieles y cera, a la vez que continuaba haciendo ensayos con otras bebidas alcohólicas y refrescos.
A la vuelta de los años el cuchitril de la cochera de la calle de Los Pobres se había convertido en una gran empresa, resultando de hecho un monopolio que en Camagüey hizo de las suyas por más de cincuenta años. La firma Pijuan alcanzó el negocio del cine y construyo el teatro Apolo, montó un bufete jurídico, constituyo la Compañía Licorera y Jabonera de Camagüey S.A. e incursiono en el negocio de la Compañía Electrifica.
Finalmente en 1910 se inauguró la fábrica La Moderna instalada en el edificio de la calle de San Esteban esquina Vergés, próximo al río Tinima bajo la firma de Pijuan y Hnos. S.A.
Desde esa fecha el estar apijuanado se convirtió en un decir lugareño que convivió por mucho tiempo entre nosotros y en alguna medida formo parte del folclore local, pero en realidad, lo que dio popularidad a Pijuan no fue el ron, sino la piñita Pijuan, porque Don José descubrió la fórmula para embotellar y mantener el extracto de jugo de piña.
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