Aunque en el Caribe la temporada ciclónica se extiende del 1ro. de junio al 30 de noviembre, las tormentas tropicales irrumpen en cualquiera de sus categorías sin tener en cuenta el calendario. Los cubanos lo sabemos pues tenemos experiencias de la presencia de estos fenómenos meteorológicos aun en el florido mes de mayo o los inviernos de diciembre.
Con el enfrentamiento a tormentas y ciclones durante siglos y ahora mucho más con la suma de modernas tecnologías, nuestro país posee una cultura “ciclonera”, pues al decir de muchos, si de algo sabe bien el cubano es de pelota y de ciclones: en cada paisano hay un director de equipo de béisbol y un Dr. Rubiera.
En la agenda de la temporada y si nos atenemos a sus incidencias, los meses más peligrosos suelen ser septiembre y octubre, seguidos por agosto y noviembre.
Las tormentas que se presentan en noviembre tienen características particulares, entre estas que suelen formarse al occidente del Caribe, en especial hacia el golfo de Honduras y que toman por tendencia general una ruta hacia el norte o el noroeste, encontrando en su camino a las islas de Gran Caimán y Cuba. En este mes de noviembre suelen presentarse los primeros frentes fríos, lo que condicionan la ruta de estas tormentas que por lo general siguen a través de los bordes de las altas presiones.
La primera tormenta tropical que se acercó a las costas cubanas en un mes de noviembre luego del triunfo de la Revolución fue Laura, la que a partir del 15 de noviembre de 1971 se estacionó frente al occidente del país originando lluvias tan intensas que por su volumen y daños originados se le compara con las precipitaciones del Flora en octubre de 1963. Katrina, con categoría de huracán atravesó la provincia de Camagüey en noviembre de 1981, el huracán causó grandes inundaciones en Santa Cruz del Sur donde fue necesario evacuar más de la mitad de su población.
De manera inusual el 18 de noviembre de 1985 el Kate llegó procedente de Puerto Rico y con destino oeste bordeó la costa norte cubana entró por Morón y salió por Santa Cruz del Norte, en La Habana. Destruyó 5 000 viviendas y afectó otras 60 000, causando daños en plantaciones cañeras y citrícolas.
Del 11 al 15 de noviembre de 1994 nos afectó Gordon procedente desde las costas de Nicaragua para entrar a Cuba por Guantánamo y salir por Holguín.
A principios de noviembre del 2001 llegó desde las costas de Nicaragua el huracán Michelle con vientos máximos de unos 220 kilómetros por hora cruzando sobre los territorios de Cienfuegos, Matanzas y Villa Clara. Fue un extenso huracán cuya influencia afectó casi el 45 % de todo el país, dañó 166 000 viviendas y debieron ser protegidas 783 000 personas desde Pinar del Río a Ciego de Ávila, se estimaron daños por valor de un millón 866 000 dólares. En aquella oportunidad el Dr. Rubiera dijo: “Estamos en un periodo muy activo, relacionado con cambios climáticos, por lo que los próximos 20 o 25 años fenómenos como este pueden hacerse mas frecuentes”. El tiempo le ha dado la razón.
Foto: Tomada de radiosantacruz.icrt.cuInmediato al aniversario 76 del ciclón que en noviembre de 1933 barrió a Santa Cruz del Sur, llegó también desde el Caribe el ciclón Paloma en la primera semana de noviembre del 2008. Se dirigió con fuerza poderosa sobre la costa sur de Camagüey afectada hacía solo un mes antes por el huracán Ike, pero justo al tocar tierra, Paloma fue debilitado por condiciones meteorológicas que le fueron adversas penetrando muy debilitado por Guayabal, en Las Tunas, para salir por la costa norte de Holguín.
Ahora nos llega Eta desde el golfo ciclogenético de Honduras con el igual patrón de desarrollo y tránsito, un frente frío por demás y altas presiones que le cortan paso al oeste. Noviembre no es uno de los tantos meses de la temporada ciclónica, es, para que se le tenga en cuenta, uno de los más peligrosos, eso sí.