CAMAGÜEY.- Cuando se quiere, se puede. Es la máxima experimentada por Nelson Vega Basulto para que de de las ruinas y de un ambiente deplorable, focalizado en una abandonada base de transporte, perteneciente a la industria ligera, naciera el primero de septiembre del 2006, en dos meses, a fuerza de voluntad colectiva una reluciente y organizada representación camagüeyana de la Empresa Nacional de Operación de Contenedores (ENOC).
Esta grúa fue recuperada por choferes e innovadores
El contraste entre el ayer y el hoy es evidente. Basta con llegar a este lugar, localizado a 600 metros de la Avenida Finlay, en el kilómetro seis que conduce a Nuevitas, para advertir: organización, higiene, limpieza y, sobre todo, que se labora bajo los preceptos de un modelo de gestión estatal socialista.
No hay cabida a la improvisación. Es un colectivo pequeño –84 trabajadores—pero grande en acciones para que los contenedores que arriban del exterior, con los más disímiles productos retornen rápido a Mariel y evitar el pago por sobre estadía o aquellos del mercado interno aseguren, sin contratiempos, la canasta familiar.
Nelson Vega Basulto, director de Transcontenedores Camagüey
Con independencia de los choferes que manipulan los camiones y hacen más que los que les corresponde, punto y aparte merecen aquellos (mecánicos e innovadores), capaces de manera callada no perder oportunidad para sustituir importaciones y alargar la vida útil de los medios automotores, rescatar grúas “desahuciadas” y el llamado cangrejo o cargador lateral, el único en funcionamiento en el interior del país, capaz de agilizar el proceso de operación de carga de los contenedores de las rastras o camiones.
Dónde dejar a Edel con el software “Zafiro”, ideado por él, con múltiples ventajas en el proceso contable de los recursos energéticos, de materiales gastables y humanos, garantía indiscutible de la información primaria y brújula segura para la toma de decisiones a escala de la unidad empresarial de base y de las instancias superiores de transporte.
Narra el director de la UEB que a ese sitió llegó un grupo de trabajadores, pertenecientes a TRANSCAR, y con siete camiones, solo de ellos tres funcionando. Hoy son 26, dos en fase de baja e igual cantidad paralizados por motores. El resto en activo con más de 20 años de explotación.
Con ese parque de equipos manipulan anualmente más de 130 mil toneladas de mercancías, con un promedio de 3 500 a 4 000 contenedores e ingresan 3,6 millones de pesos y gastan 0.60 centavos por peso de ingreso, mientras la utilidad frisa los 1,8 millones de pesos.
De los 52 fundadores quedan en el centro 38. La diferencia obedece a jubilación, fallecimiento o quienes abandonaron la unidad, en realidad son los menos.
“Tenemos gente vieja, pero que empujan (choferes y mecánicos), más que la juventud, aunque sea feo decirlo. Las medidas organizativas y de control contribuyen a la disciplina. No obstante trabajan para garantizar el relevo natural de los jóvenes.
El centro de carga de los ferrocarriles, enclavado no muy lejos de la sede central de la Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte”, con entrada por el reparto Zambrana, nada tiene que ver con Transcontenedores. De ese enclave extraen los medios de rotación cuando los clientes de los productos lo solicitan y proceden al traspaso de responsabilidad. “Nosotros lo llevamos a la economía interna”, precisó Vega Basulto.
Camagüey genera contenedores con productos terminados de la fábrica de pastas largas de Senado, de las industrias de alambres de Nuevitas y Minas, de la dedicada a la producción de pintura de la ciudad portuaria, de la cervecería Tínima y de carbón para la exportación.
Disciplina y orden imperan en esta unidad empresarial de base.
Esos almacenes rodantes tienen un tiempo de tres días para operar en la provincia. En el 2006 demoraban de 13 a 14 días, desde que llegan al centro de carga, iban a la economía y regresaban. ¿Las causas? Falta de organización y de prioridad. Hoy es de 3,1.
Lo logrado en este decenio en materia de transformación medio ambiental y de condiciones de trabajo, ocurre sin desembolsar un centavo en el acápite de inversiones, fruto de una labor cohesionada de todas las organizaciones del centro, empezando por la sección sindical, liderada por Carlos Smith Polo, jefe de la brigada de choferes.
Los fosos llenos de tierra, la falta de corriente, de agua para tomar y almorzar en un improvisado comedor bajo una mata, son cosas del pasado.
Con ese sostenido esfuerzo nadie puede dudar de los atributos del colectivo como Vanguardia durante 8 años del Sindicato Nacional de Trabajadores del Transporte, la única con ese galardón dentro de las diez UEB similares en el país.