CAMAGÜEY.- Desde el pasado 11 de marzo, los trabajadores, entrenadores y atletas del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación en Camagüey dejaron sus habituales funciones para sumarse al equipo que enfrenta a la COVID- 19. Tradicionalmente, quienes pertenecen al sector desbordan su ámbito para impactar en la sociedad y el peligro que representa esta pandemia no ha cambiado eso.

Después de informar a todo el personal las particularidades de la reubicación o las facilidades para quienes pertenecen a grupos vulnerables, el director provincial de Deportes, Mario Núñez, llamó a sus mejores fuerzas al nuevo terreno.

“Enseguida pusimos nuestras instalaciones a disposición del Consejo de Defensa Provincial para acoger a los viajeros que entraban al país y luego a los contactos de pacientes positivos  y sospechosos durante su cuarentena. Instituciones como la EIDE Cerro Pelado, la EPEF Inés Luaces y el estadio Cándido González transformaron sus dormitorios en centros de aislamiento y otros como el Motel Deportivo (“Ateneo”) y la Academia de Boxeo acogen al personal médico del Hospital Militar y a los ambulancieros que trasladan los casos confirmados, respectivamente.

 Algunos, como el subdirector provincial de Deporte para Todos, Marfel Gallardo, permanecen a tiempo completo en centros de aislamiento y unidades de servicios. Para él, “ha sido un reto tremendo aprender sobre protocolos de seguridad y procedimientos sanitarios, pero junto a otros especialistas estamos contribuyendo a proteger a nuestro pueblo. En la ‘Vocacional’ hemos creado lazo de afinidad y esperanza con cada familia que llega amenazada por la sospecha del virus”. Algunos, como el subdirector provincial de Deporte para Todos, Marfel Gallardo, permanecen a tiempo completo en centros de aislamiento y unidades de servicios. Para él, “ha sido un reto tremendo aprender sobre protocolos de seguridad y procedimientos sanitarios, pero junto a otros especialistas estamos contribuyendo a proteger a nuestro pueblo. En la ‘Vocacional’ hemos creado lazo de afinidad y esperanza con cada familia que llega amenazada por la sospecha del virus”.

“Casi 180 trabajadores de esos centros se ofrecieron como voluntarios para garantizar las mejores condiciones posibles a los aislados. Además, 26 apoyan las labores de fumigación en los puntos de transportación, unos 600 se vinculan a la mensajería en el Sistema de Atención a la Familia y más de 1 700 brindaron su esfuerzo en la agricultura para mejorar la situación alimentaria en los próximos meses”, declaró el directivo.

No resulta difícil verlos en acción, el estilo dinámico y resuelto con que se desplazan en este escenario delata a gente como Esteban Ríos, profesor del Inder y delegado de circunscripción, quien organiza la labor diaria de sus 20 compañeros que apoyan en el consejo popular América Latina de la ciudad cabecera. “Diariamente les llevamos almuerzo y comida a 221 asistenciados y cada semana les acercamos los medicamentos a 270 personas. También nos encargamos de la higienización de las farmacias, placitas y otros establecimientos que brindan servicios”.

Esteban Ríos, profesor del Inder y delegado de circunscripción, de un lado del mostrador. Del otro, listo para llevar los productos, el baloncestista Ariolis Quintero. Foto: Del autor Esteban Ríos, profesor del Inder y delegado de circunscripción, de un lado del mostrador. Del otro, listo para llevar los productos, el baloncestista Ariolis Quintero. Foto: Del autor

Entre el grupo que esta semana encontramos en acción, descubrimos a un trío de muchachos conocidos: Yoimar López, Ariolis Quintero y Ernesto Cuervo, integrantes de la principal escuadra de baloncesto camagüeyano. Dos de ellos estaban preparados para participar en la Liga Superior de Baloncesto como refuerzos en otras provincias cuando todo se detuvo y enseguida respondieron a la convocatoria de su organismo. “Desde el día 23 de marzo nos incorporamos porque sentimos que es una tarea importante para la población. Hace más de un mes pedimos organizar una pequeña brigada con los muchachos del equipo y los de la academia de básquet y desde ese momento asumimos las funciones más complicadas, incluso, se nos ocurrió hacer unos combos de viandas de un precio moderado con lo que entra a la placita y se los llevamos a los abuelitos que los encargan”, nos contó Quintero.

  Para la “brigada de baloncesto” no hay misión demasiado grande. Para la “brigada de baloncesto” no hay misión demasiado grande.

Cuervo confiesa: “nos sentimos muy útiles y la gente agradece muchísimo lo que hacemos. Es solo una contribución para proteger a los más vulnerables”. Aunque la rutina de los atletas ahora resulta totalmente diferente, la entrega es la misma y sus rostros llevan el sudor acostumbrado en el tabloncillo.

Hasta el 31 de julio toda actividad deportiva está suspendida en el país, pero la medida solo influye en los grandes espectáculos. Mientras atletas de alto rendimiento entrenan en casa para regresar a la gran escena y estudiantes de esa enseñanza se preparan para terminar el curso escolar, en las calles, centros de aislamiento y hasta en los surcos, cientos de sus colegas dominan los peligros de esta prueba por el bien de Cuba.