CAMAGÜEY.- En la Universidad de Camagüey, los tiempos de COVID-19 han sido de confirmaciones. Con los momentos difíciles, el colectivo ha alimentado la certeza de que puede contarse con cada uno, aun en los roles más impensados.

Confiesa Yudennys Aguilar Abreu que temió cuando le propusieron laborar en un centro de aislamiento. Encargarse de la limpieza de una escuela no es lo mismo que adentrarse en áreas de riesgo. Pensó mucho en su pequeño Darío y en su joven Danilo antes de decir que sí. Sin embargo, sabía que era imprescindible.

Yudennys forma parte de los casi 100 trabajadores de la Educación Superior que desde marzo enfrentan de cerca al nuevo coronavirus. Repartidos en las dos instituciones universitarias destinadas a la vigilancia epidemiológica, asumen la limpieza, la alimentación, el aseguramiento logístico y la seguridad de algunas zonas.

Amado LlanesAmado Llanes

Julio MaderaJulio MaderaEl proceso de funcionamiento de estas sedes como centros de aislamiento en el territorio comenzó por la “Manuel Fajardo”.

“Al conocer la noticia, todos estuvieron de acuerdo en mantener sus labores y aportar al completamiento del ciclo de aislamiento de cada paciente”, comentó Amado Llanes Alberdi, vicerrector de Extensión Universitaria.

Después, la sede José Martí destinó los dormitorios y parte de su personal, en una primera etapa, a las personas que llegaban al país desde el exterior.

“La jornada diaria —explica Julio Madera Quintana, vicerrector de Informatización— se organiza por turnos y los trabajadores cuentan con medios necesarios para su protección. Ninguno entra a las habitaciones, solo limpian las áreas comunes, pues el personal de Salud es el único que se relaciona con los aislados”.

 

  EN OTRAS SEDES

Más allá de la cabecera provincial, los “sí” puedo suelen ser respuesta en los centros universitarios municipales (CUM). En Esmeralda, desde el inicio de la enfermedad en Cuba “directivos y profesores se vincularon a las múltiples acciones del Consejo de Defensa en el territorio para la atención a las personas más vulnerables a contraer el virus, llevándoles a sus hogares medicinas, alimentos, el pago de la chequera y productos de aseo”, según explicó a la página de la UCIAL Humberto Acosta González, jefe del Departamento Desarrollo Local del CUM Esmeralda.

Foto: Tomada de reduc.edu.cuFoto: Tomada de reduc.edu.cuSegún la citada publicación, son profesores de Informática del CUM esmeraldense quienes procesan la información de la autopesquisa en la Dirección Municipal de Salud; como ocurre también con los de Nuevitas.

Según la propia web, la sede del CUM del municipio de Florida fue puesto de mando durante la cuartentena en la zona de Argentina, unos docentes realizan pesquisaje para detectar síntomas en la comunidad y otros tienen turnos de guardia en los centros de aislamiento; en Najasa, los profesores colaboran con la fuerza laboral que brinda servicios en la Casa de Abuelos.

Como Yudennys, cada uno de esos que hoy asumen roles distintos a los habituales, tienen familias que les esperan en casa. Como Yudennys, habrán dudado o temido, porque son seres humanos. Pero en ellos, han pesado más las certezas. La de ser útiles, la de sentirse indispensables, las de ser ejemplos para los estudiantes. La de andar por el camino de los buenos, en tiempos malos.

Yudennys es una entre tanta gente admirable de la Universidad de Camagüey. Las buenas experiencias se multiplican. Muchas historias habrá para contar, en las aulas, cuando la Universidad de Camagüey regrese, como Cuba toda, a la normalidad. Historias de incondicionalidad y de confirmaciones.