JIMAGUAYÚ,CAMAGÜEY.-A Marbelys Ávila Polo el magisterio la escogió, “me corría por la sangre, esa fue la profesión que decidí desde la primaria y con 27 años de trabajo en el sector nunca he cambiado de parecer”.

En 1993, con 17 años, comenzó sus estudios en la formadora de maestro en la provincia Las Tunas, y la primera vez en las aulas fue allá, en una escuelita rural, y hoy es la directora del centro educacional de Jimaguayú.

“Por nacimiento soy holguinera, y hace 12 años vivo aquí, y comencé a trabajar en un internado de primaria de este municipio, laborando como maestra y de ahí pasé al cargo de jefa de ciclo, y cuando se necesitó fui para la escuela Maximiliano Ramos, en Contramaestre en la carretera Santa Cruz del Sur. Cuando se dirige el reto es mayor y trato de llevarlo lo mejor posible”.

La mayor fortaleza de Marbelys está en su voluntad de ser útil, pues no solo se ocupa de sus niños en la escuela sino de los vecinos de la comunidad a quienes representa como su delegada de circunscripción.

“He logrado lidiar con esas dos responsabilidades, nunca me deslindo una de la otra. Una tiene un día en la semana que es el día del despacho pero eso en realidad casi nunca se cumple, el despacho es cuando el elector necesita acercarse, y cumplimos esa misión con esmero, soy delegada a tiempo completo. Lo más importante es que la población se sienta satisfecha, y cuando no se pueda solucionar el problema de inmediato al menos se sepa acompañada. Ahora mismo los problemas fundamentales que tenemos en la comunidad son la sequía, que afecta a todo el país, y el déficit de transporte”.

Los días de Marbelys Ávila Polo empiezan bien temprano pues debe recorrer 15 kilómetros para llegar al trabajo. Para poder asumir las responsabilidades necesita de la participación de la familia más cercana, la que tiene en casa (pues tiene dos hijos mayores, una de 23 que vive en Florida y uno de 19 en Holguín), el pequeño de 12 años y su esposo, “pero de todos tengo el apoyo total, me ayudan y me dan aliento para cumplir todas las tareas de forma adecuada”.

 

– ¿Cómo recibió la noticia de la candidatura para diputada?

– Este es mi segundo mandato como delegada y fue una sorpresa cuando me llamaron para decirme que me habían propuesto pre-candidata. Es una responsabilidad inmensa, pues he tenido que aprender de ganadería, de transporte, de salud… pues mi área de desarrollo ha sido educación, pero es una tarea que asumiremos con convicción y empeño.

“Los recorridos por el municipio han sido una oportunidad extraordinaria para conocerlo a profundidad. Ver de cerca las condiciones de las comunidades y escuchar sus preocupaciones ha establecido un vínculo entre todos, y en la medida que se ha podido hemos logrado dar solución a algunas dificultades.

“Mi compromiso está en no fallarle nunca al pueblo. Sin hacer promesas porque el diputado no da nada, su rol está en respaldar y representar a la población dignamente. Esa es la máxima”.