CAMAGÜEY.- En intercambio con operadores del derecho en la sede del Tribunal Provincial de Camagüey, el Doctor en Ciencias Leonardo Pérez Gallardo, miembro de la comisión redactora del nuevo Código de las Familias, manifestó la responsabilidad del gremio en la puesta en práctica de esta ley, cuya finalidad “no es erigir muros, sino tender los puentes, porque a través de los puentes caminamos en la vida”, dijo.

“El Código va a avanzar gracias a ustedes -sentenció refiriéndose a abogados y jueces. Tenemos gran expectativa sobre qué van a decir las sentencias, cómo se van a dictar, porque deben ser explícitas, claras. Hay muchos problemas acumulados y por mucho que quisiéramos haber regulado hay asuntos que no van a estar en el código porque la vida demuestra que es mucho más rica”, agregó.

Asimismo, subrayó el reto que supone para fiscales su implementación. “Es inimaginable las competencias que se atribuyen al fiscal. En todos los asuntos familiares se necesitaría un dictamen fiscal, y para eso tiene que inmiscuirse, investigar, y por tanto se multiplica su trabajo. Si queremos garantizar el Derecho de Familia, el notario no es suficiente para determinar en cuestiones que calen tan profundo en el entorno familiar. Estamos hablando, por ejemplo, de explorar al niño en un entorno notarial, eso nunca se ha visto”.

Se refirió a los importantes cambios introducidos en materia de aplicación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, pues se desarrollan en el código figuras de protección y apoyo; así como al reto urgente que conlleva la supresión de la declaración judicial de incapacitación.

“Hay que formar a jueces, notarios y abogados en los dictados de esta convención. Yo sé que en estos momentos hay una revolución entre los jueces sobre la provisión de apoyos y salvaguardias, porque no entendamos que los apoyos son los antiguos tutores y donde decía tutores borro y pongo apoyos, la filosofía de los apoyos no es la misma que la de tutela.

“Se suprime la declaración judicial de incapacitación y habrá que revisar en el plazo que estable el Código para que a todas las personas judicialmente incapacitadas se le rehabilite la capacidad. No habrá personas que al amparo de la anterior ley sean incapacitadas, todos los expedientes de tutela hay que revisarlos uno a uno y todos tienen que revertirse con la capacidad y nombrarse un apoyo. Lo que se gradúa no es la capacidad, sino la intensidad que van a tener los apoyos”, explicó.

Entre las normas complementarias pendientes mencionó la relacionada con el Registro del Estado Civil en cuanto al orden de los apellidos, porque “no se justifica en un estado social de derecho con principio de igualdad, que el primer apellido sea el del hombre. El registrador tratará de poner de acuerdo a la pareja, y si no se ponen de acuerdo hay que tirar una moneda al aire: la única posibilidad para solventar ese desacuerdo es el azar.

“También está pendiente una regulación del Ministerio de Justicia que complemente la figura del defensor familiar, muy importante en materia judicial. Con ello la fiscalía se va centrar en dictaminar y no en representar a las partes. Hay que crear las bases filosóficas y el entendimiento de quiénes son los defensores familiares. Desde el Derecho del Trabajo y de Seguridad Social también hay que ver qué va a pasar con los cuidadores”.

Por último, aludió a las normas de Derecho Internacional Privado, “muy importantes porque en la medida que esta sociedad comparte con los elementos extranjeros, van a estar cada vez más presentes. Asuntos de restituciones internacionales de menores ya llegan a los tribunales y tenemos una carestía de normas actuales del Derecho Internacional Privado. Creo que el Código ha sido la punta del iceberg en esta materia, que ha sido la más difícil”.

Enfatizó en el principio de búsqueda de la felicidad, que aclaró no es un capricho, sino que tiene fundamento en la filosofía inglesa. “A la hora de solventar un litigio en materia familiar hay que buscar la satisfacción de las necesidades espirituales de las persona no solo lo material”, pues como siempre dice este es un Código que va de la mano de los afectos y el amor.