CAMAGÜEY.- No es casualidad que precise del concurso del Dr. Leosvel Pérez Gutiérrez, médico del municipio de Vertientes, de esta provincia, e integrante del Contingente Internacional Henry Reeve, de personal de Salud cubano Especializado en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias.

Su sobrada experiencia como parte de misiones cubanas en el enfrentamiento a diversas enfermedades y en situaciones de emergencia sanitaria, lo hacen conocedor del tema de la bioseguridad (prevención y control del riesgo biológico en personas que están expuestas, directa o indirectamente), uno de los más mencionados en tiempos del virus SARS-CoV-2 causante de la COVID-19, porque es un actuar que decide.

El Dr. Leosvel ha trabajado frente a epidemias como la fiebre del Ébola  en Sierra Leona, África, y la pandemia de COVID-19, en Crema, ciudad italiana de Lombardía, y en México. También ha cumplido misiones internacionalistas en Guatemala del 2006 al 2008; en Venezuela en el 2010; y en Guinea Ecuatorial desde el 2016 al 2018, países donde en ocasiones conocen enfermedades erradicas en Cuba.

--¿Cuáles son las normas de bioseguridad para el personal de la Salud, en la conocida Zona Roja? ¿Cómo funciona su psiquis en este sentido?

--Nos preparamos psicológicamente para enfrentar este trabajo en situaciones muy difíciles y en tal sentido el clima frío ayuda un poco a soportar el traje de protección individual. Claro, para enfrentar el Ébola era más hermético y el clima de África caluroso, por eso hemos asimilado el trabajo en otras condiciones de mejor manera, aunque la sofocación que experimentamos en los primeros minutos siempre resulta muy desagradable, pero por obvias razones de seguridad lo toleramos poco a poco.

“Es muy importante seguir los pasos meticulosamente al vestirnos y desvestirnos, así se evitan las brechas para un posible contagio. Cumplir el uso de todos los medios de protección, dígase guantes, nasobuco, caretas y gorros y el lavado de las manos cada vez que se toque una pieza u objeto contaminado o que se sospeche lo esté.

“Al salir de la Zona Roja, hay que desechar correctamente los medios e higienizar bien los zapatos en los muros de contención con cloro. Es importante el cambio de ropa y el baño inmediato, así como evitar de manera inviolable el tocarse la boca, los ojos o la nariz antes del baño”.

--¿Medidas similares a estas últimas deben adoptarse también de manera general?

--El personal médico debe extremar siempre las medidas por ser más expuestos ante cualquier enfermo y por el riesgo de propagar la infección tanto a otros pacientes como a la propia familia. Resulta vital el uso del nasobuco y de caretas para la atención médica a cualquier persona; la higiene frecuente de las manos y velar por el distanciamiento social que tan difícil se nos hace. Tenemos que interiorizar la necesidad de evitar el saludo como acostumbrábamos y la protección de la boca al toser o estornudar, cosas de las que ya sabemos y a menudo se incumplen.

Al preguntarle sobre la utilidad de tener en cuenta detalles tan “insignificantes” como el cuidado y desinfección de artículos de uso diario como pueden ser un bolígrafo, el estetoscopio, el esfigmo (para medir la presión arterial), la historia clínica del enfermo, detalló:

“En todo momento los medios para el trabajo en Zona Roja deben permanecer dentro de la sala y no sacarlos de allí para evitar la contaminación y diseminación del virus. En caso necesario deben desinfectarse con soluciones alcohólicas o cloradas como, por ejemplo, los espejuelos, los bolígrafos, entre otros. De igual manera debe proceder todo el personal en todas las áreas de atención”.

Sobre la bioseguridad post-pandemia de los trabajadores de la Salud, Leosvel Pérez asegura que el brote epidémico ha sido, sin dudas, una alerta generalizada para el mundo por lo que muchas de las medidas de protección quedarán establecidas para evitar esta y otras afecciones.

“Las enfermedades virales serán las de mayor aparición en este siglo. Se deben cumplir con eficacia los protocolos de bioseguridad en laboratorios, consultas y en todos los niveles de atención porque continuamente nos exponemos a diferentes patógenos que pueden enfermarnos y ser fatales, tanto a nosotros, como a quienes nos rodean”.