CAMAGÜEY.- El tiempo pasa. Para sus gentes, parece que fue ayer. Pero han pasado nueve años desde que abrió sus puertas al turismo. Camino de Hierro, es hoy una de las emblemáticas instalaciones del grupo de Hoteles E del grupo Cubanacan en la provincia.
Asentado en una de las edificaciones biplantas de finales del siglo XVIII, de esta urbe de más de 500 años, la instalación abrió sus puertas en el 2011 como parte del complejo hotelero Islazul, cuya administración cesó el 1ro de enero de 2014.
Juan José Díaz Tang, director general del complejo hotelero Camagüey-Ciudad, reafirma el propósito de los trabajadores de ese colectivo de mantener altos estándares de los servicios, aunque los efectos de la COVID-19 exigen permanecer sin clientes.
“Previo a la actual pandemia, Camino de Hierro gozaba de alta preferencia de visitantes extranjeros, no solo por sus encantos arquitectónicos, sino por poseer un exquisito servicio en gastronomía ligera, y un respeto por la buena cocina nacional, tanto en almuerzos como cenas”.
Pese a los años transcurridos, todavía en su patio se respiran los aires propios de las estructuras constructivas de la época, y que en el decursar del tiempo han logrado sobrevivir a los impactos de la modernidad.
Quizás una de las claves del gusto entre los huéspedes sea la conservación de sus 10 habitaciones (nueve dobles y una sencilla), incluso, una de ellas, recrea con su mobiliario el diseño interior propio de su época fundacional.
Situado en una de las zonas más céntricas de esta capital provincial, Camino de Hierro dispone de un balcón externo que lo rodea completamente, y que desde su altura privilegiada permite visualizar una parte del citadino entramado urbano.
CONSERVAR EL CAMINO...CON VOLUNTAD DE HIERRO
Ahora, la pandemia ha obligado a cerrar puertas. Pero no hay quietud interna. Un grupo mínimo de trabajadores se encarga de mantener las condiciones esenciales para cuando las medidas sanitarias mejoren, recibir los clientes con un alto estándar de calidad en los servicios.
Por eso, en este su noveno aniversario, el colectivo lo destinó a labores de mantenimiento y conservación, pues como dijo uno de sus trabajadores, “esta es nuestra casa, y por lo tanto tiene que mantenerse con todas las de la ley”.
Casi perspectivamente, refirió Díaz Tang, hay previsto realizar algunos cambios para dotar a Camino de Hierro de un diseño que guarde similitud con su nombre.
Aunque el noveno aniversario los sorprende sin clientes, el colectivo no se desanima, y el objetivo, claro, es conservar el camino en momentos que se exige una voluntad de hierro…